Chamacuero, Gto.
(También llamado Comonfort, Gto.)
Historia
Sobre la fundación de Chamacuero


Bibliografía sobre el Municipio de Comonfort

Chamacuero en la época prehispánica


Don Francisco Velasco



Información y documentos sobre el Chamacuero virreinal


El paso del ejército insurgente


José Ignacio Camargo e Iriarte


La presente es una bibliografía del material que, a la fecha, conocemos acerca de nuestro municipio.

Publicaciones específicas sobre Comonfort.

GROENEWOLD, Federico y LÓPEZ EGUÍA, Leonardo Javier
Chamacuero Origen y Destino
Primera Edición
Guanajuato, Guanajuato
Ed. Gobierno del Estado de Guanajuato,2010
300  p.

GÓMEZ BARRÓN, Abel
Monografía del Municipio de  Comonfort
Comonfort, Guanajuato: 1992
80 p.

FRANCO SUASTE, J. Asención
El Pueblo de Neutla, su historia, sucesos y leyendas
PACMYC. Guanajuato, 2003
130 p.

FRANCO SUASTE, Mateo
Neutla y algo más
Neutla,Comonfort, Guanajuato, 2010
224 p.

GROENEWOLD, Federico et. al.
La cultura de mi pueblo hoy
Primera Edición
Comonfort, Guanajuato: Nahiacom, 2006

CARRACEDO, David Manuel
Chamacuero, Septiembre de 1810
Comonfort, Gunajuato,
Ed. Municipio de  Comonfort, 2011
78 p.

SANTANA OLALDE, Enrique
Plácido Santana Olalde,
Treinta años en la Cultura de Chamacuero
Comonfort, Guanajuato,
Ed. Casa de la Cultura Chamacuero, 2011
128 p.


Publicaciones que tratan o mencionan nuestro municipio o nuestra región.


BLANCO, Mónica, PARRA Alma, MEDRANO, Ethelia
Breve Historia de Guanajuato
Primera Edición
México D.F: Fondo de Cultura Económica, 2000
290  p.

ÁLVAREZ MARTÍNEZ, José Antonio
Definición del Bajío
Primera Edición
Celaya, Gto. : Ayuntamiento de Celaya 2006-2009, Octubre 2006
194  p.

DERRAMADERO VEGA, Carlos et. Al
Entre Judas y Calacas
Esplendor Artesanal de la Región Laja-Bajío
Celaya, Gto, COCOEBA, 2009
160 p.

RIVERA PÉREZ, Roberto; FÉLIX OROZCO, Froylán
Puentes en los Caminos Reales del Bajío
Irapuato, Gto. 2007
172 p.

JUÁREZ RAMÍREZ, Karina Jazmín
Tortillas Ceremoniales
Guanajuto, Gto. Ed. La Rana, 2010
280 p.

SOLDARA LUNA, Rafael
Haciendas de Celaya
Celaya, Gto, COCOEBA, 2008
248 p.

Publicaciones sobre la época prehispánica

BRANIFF CORNEJO, Beatriz.
Morales, Guanajuato, y la tradición Chupícuaro
Colección Científica num. 373, INAH,
México, 1998
134  p.

BRANIFF CORNEJO, Beatriz.
Morales, Guanajuato, y la tradición tolteca
Colección Científica num. 395, INAH,
México, 1999
148  p.

CÁRDENAS GARCÍA, Efraín.
El Bajío en el clásico
Primera Edición
Zamora, Michoacán: El Colegio de Michoacán, 1999
334  p.

CÁRDENAS GARCÍA, Efraín.
Tradiciones arqueológicas
Primera Edición
Zamora, Michoacán: El Colegio de Michoacán, 2004
334  p.


CASTAÑEDA, Carlos et.al.
Zonas arqueológicas en Guanajuato,
Cuatro casos: Plazuelas, Cañada de la Virgen, Peralta y el Cóporo
Ediciones La Rana/Gobierno del Estado Guanajuato
Guanajuato, 2007
308  p.

BEEKMAN, Chistopher y WEIGAND, Phil C.
La cerámica arqueológica de la Tradición Teuchitlán, Jalisco
Primera Edición
Zamora, Michoacán: El Colegio de Michoacán y Secretaria de Cultura de Jalisco, 2000
284  p.

FAUGÉRE, Brigitte
Dinámicas culturales entre el Occidente, el Centro-Norte y la Cuenca de México, de Preclásico al Epiclásico
Primera Edición
Zamora, Michoacán: EL Colegio de Michoacán, y Centro de Estudios Mexicanos y Centro Americanos, 2007
255  p.

BRANIFF C, Beatriz
La Gran Chichimeca: El Lugar de las Rocas Secas
Primera Edición
México DF: Jaca Books, 2001
309  p.

GAYTÁN GONZÁLEZ, Melquíades y Anónimos
Aztlán: Origen y Destino
Segunda Edición
León, Guanajuato: Editorial Gugorrones y Manantial, 2007
159  p.

WEIGAND, Phil C. y WILLIAMS, Eduardo
Arqueología y Etnohistoria, La región del Lerma
Primera Edición
Zamora, Michoacán: El Colegio de Michoacán: CIMAT, 1999
335  p.

Guanajuato, historia y arqueología
Revista Arqueología Mexicana
Vol. XVI- núm.92
Ed. Raíces, México, julio-agosto 2008

Otomíes, un pueblo olvidado
Revista Arqueología Mexicana
Vol. XIII-núm.73
Ed. Raíces, México, mayo-junio 2005

Primeros pobladores de México
Revista Arqueología Mexicana
Vol. IX- núm.52
Ed. Raíces, México, noviembre- diciembre 2001

Los tarascos
Revista Arqueología Mexicana
Vol. IV- núm.19
Ed. Raíces, México, mayo-junio 1996

Occidente
Revista Arqueología Mexicana
Vol. II-núm.9
Ed. Raíces, México, agosto-septiembre 1994


Publicaciones sobre el periodo de conquista y poblamiento europeo.


WRIGHT CARR, David Charles
La Conquista del Bajío y los Orígenes de San Miguel de Allende
Primera Edición
México D.F: Fondo de Cultura Económica, Editorial de la Universidad del Valle de México, 1999
158  p.

ALCALÁ, Fray Jerónimo
Relación de Michoacán
Primera Edición
México DF: Fondo de Cultura Económica, 1997
88  p.

POWELL WAYNE, Philip
La Guerra Chichimeca
Tercera Edición (Reimpresión)
México DF: Fondo de Cultura Económica, 1996
305  p.

OCHOA SERRANO, Álvaro y DÍAZ SÁNCHEZ, Gerardo 
Breve Historia de Michoacán
Primera Edición
Michoacán, México: Fondo de Cultura Económica, 2003
288  p.

GALVEZ JIMENEZ, Mónica Leticia
Celaya: Sus Raíces Africanas
Primera Edición
Guanajuato, México: Ediciones La Rana, 1995
138  p.

LAMERIAS OLVERA, Jose
El Encuentro de la Piedra y El Acero
Primera Edición
Zamora, Michoacán: El Colegio de Michoacán, 1994
129  p.

MENEGUS BORNEMAN, Margarita
Del Señoría indígena a la Republica de Indios
Primera Edición
México DF: Consejo Nacional Para la Cultura y Las Artes, 1994
266  p.

MENDIETA, Fray Gerónimo y GARCIA RUBIAL, Antonio
Historias Eclesiásticas: Indiana II
Primera Edición
México DF: Editorial Cien de México, 1997
522  p.

CAZARES CARRILLO, Alberto
Partidos y Padrones del Obispado de Michoacán
Primera Edición
Zamora, Michoacán: El Colegio de Michoacán, 1996
561  p.

Escritos del Dr. José Ma. Luis Mora.

ROBLES SOLARES, LAURA et.al SENOSIAIN BRISEÑO, Lillian, SUAREZ DE LA TORRE, Laura.
Obras Completas: Jose Maria Luis Mora (Obra Política I)
Primera Edición
México DF: Instituto Mora: Conaculta, 1986
309  p. Vol 1

ROBLES SOLARES, LAURA et.al SENOSIAIN BRISEÑO, Lillian, SUAREZ DE LA TORRE, Laura.
Obras Completas: Jose Maria Luis Mora (Obra Política II)
Primera Edición
México DF: Instituto Mora: Conaculta, 1986
308  p .Vol  2

ROBLES SOLARES, LAURA et.al SENOSIAIN BRISEÑO, Lillian, SUAREZ DE LA TORRE, Laura.
Obras Completas: Jose Maria Luis Mora (Obra Política III)
Primera Edición
México DF: Instituto Mora: Conaculta, 1986
315  p. Vol 3

ROBLES SOLARES, LAURA et.al SENOSIAIN BRISEÑO, Lillian, SUAREZ DE LA TORRE, Laura.
Obras Completas: Jose Maria Luis Mora (Obra Histórica I, México y sus Revoluciones 1)
Primera Edición
México DF: Instituto Mora: Conaculta, 1986
297  p. Vol 4

ROBLES SOLARES, LAURA et.al SENOSIAIN BRISEÑO, Lillian, SUAREZ DE LA TORRE, Laura.
Obras Completas: Jose Maria Luis Mora (Obra Histórica II, México y sus Revoluciones 2)
Primera Edición
México DF: Instituto Mora: Conaculta, 1986
311  p. Vol 5

ROBLES SOLARES, LAURA et.al SENOSIAIN BRISEÑO, Lillian, SUAREZ DE LA TORRE, Laura.
Obras Completas: Jose Maria Luis Mora (Obra Histórica III, México y sus Revoluciones 3)
Primera Edición
México DF: Instituto Mora: Conaculta, 1986
365  p. Vol 6

ROBLES SOLARES, LAURA et.al SENOSIAIN BRISEÑO, Lillian, SUAREZ DE LA TORRE, Laura.
Obras Completas: Jose Maria Luis Mora (Obra Diplomática)
Primera Edición
México DF: Instituto Mora: Conaculta, 1986
298  p. Vol 7

ROBLES SOLARES, LAURA et.al SENOSIAIN BRISEÑO, Lillian, SUAREZ DE LA TORRE, Laura.
Obras Completas: Jose Maria Luis Mora (Miscelánea)
Primera Edición
México DF: Instituto Mora: Conaculta, 1986
309  p Vol 8

ROBLES SOLARES, Laura y SUAREZ DE LA TORRE, Laura
Entre la Lejanía y La Incertidumbre.
Primera Edición
México DF: Publicaciones del Instituto de Investigaciones, Septiembre 2001








Bibliografía sobre el municipio de Comonfort

Chamacuero en la época prehispánica


CHAMACUERO EN LA ÉPOCA PREHISPÁNICA

David Manuel Carracedo






















Por alguna razón, se tiene la idea de que la historia de estas regiones se inicia con la llegada de los colonizadores españoles, como si antes de redactar la cédula de fundación todo hubiera sido flora y fauna, acrecentada por la presencia de grupos indígenas de pocos individuos y escasísimo desarrollo cultural.
Nada más falso, la presencia de grupos humanos, de notable evolución cultural, es tan antigua en este sitio como en la mayor parte de la región conocida como Mesoamérica. Lamentablemente, apenas hace unos veinte años que se realizan estudios al respecto.
Todavía hoy, hablar de la existencia de una zona arqueológica en nuestro estado sorprende a muchos, como si rompiéramos un paradigma muy añejo.
Así que para hablar de los orígenes de nuestro municipio tenemos que empezar muchos años atrás. Los vestigios arqueológicos de todo nuestro continente descartan la posibilidad de que el hombre sea originario de América.
Aunque para explicar el poblamiento de nuestro continente aún se debaten teorías antagónicas, la más aceptada nos habla de migraciones desde el continente asiático a través de los puentes terrestres que la glaciación provocó en el estrecho de Bering (1).
Hay indicios de migraciones hace 30,000 años (2), sin embargo las mayores migraciones ocurrieron hace 14,000 años. Los grupos que llegaron a América continuaron su desarrollo cultural y biológico de manera independiente a los que permanecieron en el viejo mundo (3).
A los periodos anteriores a la aparición de las primeras civilizaciones Americanas se les llama Cenolítico Superior y Protoneolítico y van del 7,000 a.c. al 2,500 a.c.
Aunque no existen vestigios en el municipio ni en el Estado de Guanajuato, se considera que esta región, del 7,000 a.c. al 2,500 a.c., estuvo habitada por grupos que recorrían los lugares en base a los recursos que, cíclicamente, podían obtener de ellos de acuerdo a la época del año (4).
Estos grupos fueron cediendo su lugar a poblaciones agrícolas y sedentarias a partir del 2,500 a.c. que fueron la base de las culturas prehispánicas que florecieron en toda la región (5).
Conviene mencionar los siguientes antecedentes para mayor comprensión del desarrollo de las culturas indígenas en nuestro municipio.

1. El estudio de las culturas prehispánicas de nuestro país se divide en tres grandes horizontes culturales (o periodos):
el Preclásico o Formativo (800 a.c. a 100 d.c.),
el Clásico (100 a 900 d.c.)
y el Posclásico (900 d.c. a 1519) (6).
Cada uno de estos horizontes fue testigo del desarrollo de varias culturas, por lo que las fechas pueden variar, dependiendo de la cultura en estudio (7).
2. En muchos trabajos de arqueología guanajuatense se menciona el sitio Morales ubicando en el municipio de Comonfort. Aunque la hacienda de Morales es encuentra a dos kilómetros del sitio, localizado en la comunidad de Orduña, cuando el profesor Plácido Santana acudió al INAH a denunciar esta zona en 1977, el mapa que tenían las autoridades sólo mostraba un punto cercano a la zona, identificado en el mapa como Morales (8).
3. La cultura Chupícuaro se desarrolló en la cuenca del rio Lerma del 650 a.c. al 200 d.c., en una región cercana a la ciudad de Acámbaro. Esta cultura es el referente obligado de la historia prehispánica de Guanajuato (9).

El aspecto físico de nuestro municipio era muy diferente al que hoy conocemos, había una humedad mucho mayor en contraste con el paisaje que va de la aridez a las lluvias estacionales de nuestros días (10).
En la época prehispánica las zonas altas estaban cubiertas de robles y no había pinos, en los terrenos planos y las laderas bajas había bosque de mezquite extradesierto (11). El entorno se caracterizaba por la presencia de pequeños lagos y abundantes ciénagas, ello propició una gran diversidad de especies animales y vegetales, lo que redundó en condiciones óptimas para el poblamiento y el desarrollo social.
La agricultura de humedal debió ser la fuente principal de alimentos (12). Los cuerpos de agua: ciénagas, lagos, arroyos y ríos contribuían como fuente de alimento por la abundancia de peces y aves; estos cuerpos también proveían de fibras utilizadas ,aun hoy, en la cestería.
Esta situación puede explicar por qué la gran mayoría de los sitios arqueológicos del estado se encuentran por encima de los 1,800 metros sobre el nivel del mar (13).
Durante muchos años el referente obligado del pasado prehispánico en esta región fue la cultura Chupícuaro. Concretamente a raíz de las investigaciones de Porter en 1956 (14), de hecho, casi todo lo que conocemos sobre Chupícuaro está basado en su cerámica (15). Desde las primeras investigaciones el material cerámico de esta cultura ha sido comparado con la cerámica de muchas otras zonas de Mesoamérica, encontrándose similitudes con al menos una cuarentena de sitios (16). Estas similitudes permiten valorar la importancia que esta cultura tuvo en relación con sus culturas contemporáneas, ya sea por un intercambio cultural o por relaciones de dominación y control (17).
Se consideran tres fases de desarrollo en Chupícuaro:
La Fase Chupícuaro temprano (650 a 400 a.c.)
La fase Chupícuaro reciente (400 a 150 a.c.)
La fase Mixtlán (150 a.c. al 200 d.c.)(18).
No existen vestigios de ocupación precerámica, lo que apunta a una colonización de la zona, más que a un desarrollo autóctono a partir de un sustrato de población arcaica (19). Las evidencias sugieren que su origen son migraciones provenientes del occidente en el inicio del preclásico tardío (20).
Hoy en día se propone que Chupícuaro y la región circundante representan una unidad político-territorial de gran importancia que fue base de desarrollos posteriores (21).

Lo anterior nos permite percatarnos de la importancia que, a nivel mesoamericano, tuvo la cultura Chupícuaro, sobre todo en el horizonte Preclásico y cuando menciono este periodo me asombra percatarme de que son más de 2,000 años de antigüedad. Y lo remarco porque en nuestro municipio existen tres zonas arqueológicas denunciadas ante el INAH y una enorme cantidad de vestigios que, en honor a la verdad, mas conviene que permanezcan ocultos y desconocidos.
Las tres zonas a que hago referencia son Madre Vieja, que tiene un lamentable estado de destrucción, Los Remedios y Morales, esta última considerada por algunos autores como una ocupación tan significativa como Chupícuaro (22).
En esta última, Beatriz Braniff realizo excavaciones en 1965, aunque presentó las conclusiones en 1998 y 1999 con dos volúmenes sobre el tema, mucho antes dio a conocer información al respecto en diferentes trabajos previos. En este material la autora concluye, entre otras cosas, que la zona arqueológica de Morales estuvo poblada desde el año 300 a.c. según los vestigios arqueológicos más antiguos del lugar (23).
Para mí es sumamente significativo constatar que nuestra región fue poblada y tuvo un desarrollo cultural importante desde el preclásico pues ello no sólo desmiente, de manera abrumadora, la idea de que la historia de nuestro municipio comenzó con la llegada de los españoles sino también la idea de que sus vestigios son recientes y provienen de pueblos escasamente civilizados.
Braniff denomina Fase Morales a la etapa más antigua estudiada en la zona del mismo nombre y concluye que existen muchas similitudes con la cultura Chupícuaro, como las formas de diferentes vasijas; también encuentra formas y decoraciones que no se encuentran en Chupícuaro y viceversa por lo que concluye que los materiales Chupícuaro fueron reinterpretados en lugares y tiempos diferentes (24).
Nosotros entendemos que la cultura que habitó nuestra región en el preclásico pudo haber llegado de Chupícuaro o haber sostenido una relación de tipo comercial con esta cultura. Esta podría considerarse como una primera etapa, coincidente con el periodo Preclásico, la siguiente etapa es coincidente con el periodo Clásico.
La fase Morales va de 300-100 a.c. y tiene dos tipos fundamentales de materiales cerámicos: Morales rojo sobre bayo y Morales gris bruñido. Las formas del primero son: Tecomates, ollas con cuellos y bordes cortos, cántaros, botellones con cuellos largos; la decoración es a base de líneas horizontales o bandas con ondas o triángulos, líneas y grecas geométricas. Las formas del segundo tipo son platos, escudillas, tecomates, ollas, botellones, vasos, calderos, ollas con largos soportes, escudillas trípodes. La decoración en platos y escudillas es muy característica, se trata de protuberancias o hendiduras sobre el borde; los diseños del interior son esgrafiados, grecas de líneas rectas y quebradas (25).
Durante mucho tiempo se tuvo la idea de que en la región del Bajío las sociedades prehispánicas no se desarrollaron de manera importante (26).
Lo que hemos mencionado sobre Morales y Chupícuaro desmienten ya esta afirmación, pero con renovado gusto mencionamos que en el periodo clásico existió una notable tradición cultural, cuya extensión territorial abarcó la porción media del Rio Lerma y sus afluentes principales: los ríos Laja, Apaseo, Silao, San Juan, Guanajuato y Turbio (27).
Esta tradición cultural se asocia característicamente con la construcción de espacios arquitectónicos denominados "patios hundidos" y se le denomina tradición "El Bajío".
Un patio hundido es un espacio construido sobre una plataforma y se encuentra asociado a un montículo, aunque a veces sólo se observan uno o más patios hundidos en la plataforma. El patio está "hundido" en relación a la banqueta que lo delimita, pero suele estar por arriba del terreno circundante (28).
Existen en la región ciento setenta y cuatro sitios en cuya configuración el patio hundido es el principio ordenador del espacio (29).
Puede asegurarse que el periodo de mayor expansión e importancia del Bajío se ubica entre 300 y 700 d.c., ello no significa que no hayan existido patios hundidos antes y después de ese lapso (30).
En el espacio mesoamericano, la tradición el Bajío se ubica en un punto intermedio entre el Estado Teotihuacano y las tradiciones culturales de occidente (31).

El patio hundido es un elemento central en el diseño arquitectónico, la disposición de los elementos para los templos y la presencia de los recintos habitacionales para los personajes notables en torno a los patios son rasgos que ilustran el papel fundamental que este espacio tenía, tanto en términos ideológicos, en la concepción del mundo, en prácticas rituales y, en términos prácticos, para la movilidad al interior de los conjuntos arquitectónicos (32).
La cantidad de sitios correspondientes a esta etapa (ciento setenta y cuatro) y el grado de desarrollo de los mismos nos habla de también de un crecimiento demográfico significativo, al grado tal que delimitó el territorio teotihuacano por el extremo occidental del mismo.
Teotihuacán fue un tremendo centro de control de poder en ese mismo periodo, no obstante, entre los años 240 y 700 d.c. el corazón del Bajío muestra una frontera rígida con el centro de México (33).
La casi nula presencia de materiales típicamente teotihuacanos no significa que el Bajío fuese una entidad social y territorialmente cerrada, no pudo mantenerse aislada, sabía de la existencia y el poder teotihuacano y creó una estructura política y económica sólida (34).
Efraín Cárdenas postula la teoría de que esta zona no estuvo organizada en torno a un solo centro de poder como Teotihuacán, sino de varios y, en base a dos complicados pero bien fundamentados análisis, propone los siguientes sitios como centros de poder, ordenados de mayor a menor por su extensión territorial:
Peralta
San Bartolo Aguacaliente
Loza de los Padres
San Miguel Viejo
Peñuelas
Unidad Tepozán (35).
Los sitios arqueológicos de nuestro municipio corresponderían, según este análisis, a San Miguel Viejo.
Y ya entrando en las particularidades de nuestra región diremos que el tipo de cerámica asociada con el periodo de los patios hundidos se compone de materiales con un origen distinto a Chupícuaro, entre ellos está el tipo

"Blanco Levantado" y lo mencionamos porque para realizar esta decoración (y la pasta de algunas vasijas) se utiliza el caolín. Y aunque los lugares precisos de extracción (en nuestro municipio) son difíciles de definir debido al alto grado de transformación del paisaje y la escasez de evidencias arqueológicas, es absolutamente probable que del mismo lugar donde ahora se extrae el caolín con modernas técnicas, en épocas antiguas se haya extraído con técnicas rudimentarias (36).
Del mismo modo el importante yacimiento de obsidiana de Ojo Zarco se encuentra entre dos áreas densamente pobladas en este periodo: el valle de Querétaro y los lomeríos ubicados entre Apaseo el Grande y Comonfort (37).
Por ello podemos conjeturar que además de las actividades de agricultura, recolección, caza y pesca, la industria extractiva formó parte de la actividad económica de nuestra región.
El sitio arqueológico de Orduña de Arriba (Morales) presenta un conjunto arquitectónico del tipo I y uno del tipo II, es decir:
Una plataforma con un patio hundido y un montículo
Una plataforma con dos patios hundidos (38).
En el cerro de los Remedio hay una estructura tipo I, una estructura tipo II y una estructura tipo IV, es decir:
Una plataforma con patio hundido y un montículo
Una plataforma con patio hundido y
Una plataforma con un patio hundido y dos montículos (39).
Al momento que esto escribimos, ambos sitios esperan una investigación profunda, una excavación formal y, en su caso, hasta una restauración con fines de explotación turística.
Existen en nuestro municipio al menos dos lugares con pinturas rupestres, esta es una manifestación común entre las sociedades del Bajío en el clásico. Tanto en nuestros sitios, como en lo general en la región, son usuales las líneas y abstracciones elaboradas con pigmento rojo, generalmente oxido de hierro, que condensan elementos también comunes a los motivos que decoran las vasijas de barro: líneas rectas y onduladas, cruces y figuras esquemáticas (40).

En el universo del México prehispánico hay un fenómeno común en todas las culturas y es el ocaso del mundo clásico, después de un florecimiento cultural y un periodo de gran expansión, sobrevino el declive y en muchos casos la extinción de las culturas. Se habla de sequias, de cambios climáticos, epidemias, guerras y de todo junto. Lo cierto es que lo único incuestionable es el proceso de abandono y despoblamiento y si bien este proceso es muy notorio, no ocurrió de un día para otro ni de un año al siguiente. Se considera que los sitios de El Bajío experimentaron un despoblamiento hacia el siglo X (41).
Después de mediados del siglo XII, los sitios del Bajío Oriental fueron abandonados, esta subregión quedó en manos de grupos nómadas y seminómadas. Esta situación perduró hasta la llegada de los invasores europeos (42).
Las sociedades del periodo clásico del Bajío, a lo largo de cientos de años de coexistencia con los grupos nómadas y seminómadas, compartieron elementos que pasaron a integrarse a su bagaje cultural (43). Estas sociedades pertenecieron plenamente al complejo mesoamericano pero, en su calidad de sociedades en contacto permanente con los grupos recolectores y cazadores, incorporaron diversos elementos de éstos, sin perder por ello las características que los definieron como parte del complejo mesoamericano (44).
Durante el posclásico (900-1520 d.c.) las comunidades autónomas del centro de Michoacán se unificaron políticamente y la cuenca del lago de Pátzcuaro se transformó en el núcleo geográfico de un imperio expansionista (45).
En algún momento del posclásico temprano el nivel del lago de Pátzcuaro se incrementó entre diez y veinte metros por cambios climáticos locales menores. Los sitios de las comunidades autónomas existentes, que dependían más de la tierra irrigable, fueron los más afectados por este cambio. Las élites de estas comunidades dirigieron a sus pobladores a la conquista de las comunidades vecinas para asegurarse recursos adicionales, iniciando con ello la formación del estado purépecha (46).
Los purépechas iniciaron avanzadas (1350-1500 d.c.) y luego conquistas al norte del río Lerma que, arqueológicamente, se han reconocido gracias a la cerámica y arquitectura. La información etnohistórica reconoce como purépechas los sitios de Cuitzeo, Maravatío, Acámbaro, Yuriria, Puruándiro, León, Silao, Guanajuato, Xichú, Pénjamo y Apaseo (47).
Adicional a esto, la toponimia del estado de Guanajuato está ligada a la lengua purépecha más que a ninguna otra. Esto habla de la importancia de esta cultura en nuestro estado. Paradójicamente, el documento más importante de la historia purépecha, la Relación de Michoacán, parece circunscrito a dicho estado y poco aporta hacia los estados vecinos. Hacia finales del siglo XIV el cacique purépecha Tzi-Tzic-Pandacuare, trata de extender su territorio saliendo de la región lacustre de Michoacán. En su recorrido sigue el curso del rio Lerma y dobla hacia el norte siguiendo ahora por el rio Laja, donde encuentra pueblos de naturaleza oto-pame, amables y dispuestos a colaborar. En este recorrido llega a una zona montañosa que encañona al rio y lo vuelve tumultuoso aguas abajo.
Ese hecho lo hace declarar este punto como un buen lugar de protección de su imperio. Ahí el monarca ve las ruinas de una ciudad monumental que ha entrado en decadencia. Entonces funda en este sitio una ciudad frontera llamada Chama cuaro que significa "el lugar donde se derrumbó". Esto ocurre en el año de 1390 (48).
En el momento en que esto escribimos, el doctor Groenewold realiza investigaciones acerca de la etimología de la palabra Chamacuero y sus investigaciones lo llevan a un significado más hermoso y verosímil que el hasta ahora aceptado.
Esta región, y particularmente el área de nuestro municipio, fue escenario de múltiples poblamientos y despoblamientos; es un área cercana a la frontera del imperio tarasco, cercana a los limites del imperio mexica, en el área donde tributaban los otomíes; igualmente, esta región fue habitada por otomíes, pames, guamares, cuachichiles, jonaces.
No obstante lo anteriormente expuesto, no existen fuentes que documenten la extensión del imperio tarasco hasta sitios tan al norte como Chamacuero.
Sin embargo, los señores tarascos invitaron a varios grupos otomíes a vivir dentro de su territorio con el fin de defender sus fronteras contra los ejércitos nahuas del Valle de México (49).
Es probable que esa fuera la condición de Chamacuero, fundado por Tzi-tzic-pandacuare, por lo mismo, no es de extrañar que en este lugar convivieran y/o haya sido habitado en diferentes etapas por tarascos, pames y otomíes. Para que este pueblo haya sido denominado San Francisco Chamacuero es indispensable que el nombre purépecha siguiera siendo de uso común para el momento del arribo de los pobladores europeos, sea cual fuere el origen y las circunstancias de los habitantes indígenas en ese momento.


(1)Pompa, José; Serrano, Enrique, Los más antiguos americanos, Revista Arqueología Mexicana, Vol. IX, Núm. 52, Noviembre-Diciembre 2001, Ed. Raíces, México. pág. 37.
(2) Ibídem.
(3) Ibídem.
(4) García Barrera, Joaquín, Cenolítico Superior, Revista Arqueología Mexicana, Vol. IX, Núm. 52, Noviembre-Diciembre 2001, Ed. Raíces, México. pág. 53.
(5) Ibídem, pág.55.
(6) López Austin, Alfredo y López Lujan, Leonardo, El pasado indígena, México, Fondo de Cultura Económica/El Colegio de México/fideicomiso Historia de Américas, México, 1996, pág 37.
(7) Cárdenas García, Efraín, El Bajío en el Clásico, Análisis regional y organización política, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán, 1999 pág. 18.
(8) Groenewold, Federico y López-Eguía, Leonardo, Chamacuero, Origen y Destino, Presidencia Municipal de Comonfort, México, 2008, pág.28.
(9) Darras, Veronique y Faugere, Brigitte, Dinámicas culturales entre el Occidente, el Centro-Norte y la Cuenca de México, del Preclásico al Epiclásico, Chupícuaro, entre el occidente y el altiplano central, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán, 2007, pág. 52.
(10) Cárdenas García, Efraín, El Bajío en el Clásico, Análisis regional y organización política, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán, 1999, pág.96.
(11) Ibídem.
(12) Ibídem, pág.97.
(13) Braniff, Beatriz, Arqueología y etnohistoria. La región del Lerma, Algunas consideraciones sobre la Arqueología del Bajío, Eduardo Williams y Phill C. Weigand, editores. Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán; Centro de Investigación en Matemáticas, 1999. pág 33.
(14) Cárdenas García, Efraín, El Bajío en el Clásico, Análisis regional y organización política, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán, 1999, pág. 32.
(15) Darras Veronique y Faugere Brigitte, Dinámicas culturales entre el Occidente, el Centro-Norte y la Cuenca de México, del Preclásico al Epiclásico, Chupícuaro, entre el occidente y el altiplano central, Zamora, Mich.; El Colegio de Michoacán, 2007, pág. 52.
(16) Ibídem pág.53.
(17) Ibídem pág.54.
(18) Ibídem pág.52.
(19) Ibídem pág.62.
(20) Ibídem pág.70.
(21) Braniff, Beatriz et al, La Gran Chichimeca, El Lugar de las Rocas Secas, México, CONACULTA, 2001, pág.100.
(22) Cárdenas García, Efraín, El Bajío en el Clásico, Análisis regional y organización política, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán, 1999 pág. 93.
(23)  Braniff, Beatriz, Morales, Guanajuato y la tradición Chupícuaro, México, INAH,1998.
(24) Braniff, Beatriz et al, La Gran Chichimeca, El Lugar de las Rocas Secas, México, CONACULTA, 2001, pág.102.
(25) Cárdenas García, Efraín, El Bajío en el Clásico, Análisis regional y organización política, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán, 1999 pág. 80-81.
(26) Cárdenas García, Efraín, El Bajío en el Clásico, Análisis regional y organización política, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán, 1999 pág. 17.
(27) Cárdenas, García, Efraín, Arqueología y etnohistoria. La región del Lerma, La arquitectura de patio hundido y las estructuras circulares en El Bajío: Desarrollo regional e intercambio cultural, Eduardo Williams y Phill C. Weigand, editores. Zamora, Mich. : El Colegio de Michoacán; Centro de Investigación en Matemáticas, 1999. pág. 41.
(28) Ibídem, pág.42.
(29) Ibídem.
(30) Ibídem, pág. 43.
(31) Cárdenas García, Efraín, El Bajío en el Clásico, Análisis regional y organización política, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán, 1999, pág. 21.
(32) Ibídem.
(33) Filini, Agapi y Cárdenas García, Efraín, Dinámicas culturales entre el Occidente, el Centro-Norte y la Cuenca de México, del Preclásico al Epiclásico, El Bajío, la Cuenca de Cuitzeo y el Estado Teotihuacano, Un estudio de relaciones y antagonismos; El Colegio de Michoacán, 2007, pág. 137.
(34) Ibídem, pág.139
(35) Cárdenas García, Efraín, El Bajío en el Clásico, Análisis regional y organización política, Zamora, Mich., El Colegio de Michoacán, pág. 146
(36) Ibídem, pág. 230.
(37)  Ibídem, pág. 104.
(38) Ibídem pág. 82, 83.
(39) Ibídem pág. 84.
(40) Crespo, Ana, Viramontes, Carlos, Arqueología y etnohistoria. La región del Lerma, Elementos chichimecas en las sociedades agrícolas del centro-norte de México, Eduardo Williams y Phill C. Weigand, editores. Zamora, Mich. El Colegio de Michoacán, Centro de Investigación en Matemáticas, 1999, pág. 119.
(41) Wright Carr, David, Arqueología y etnohistoria. La región del Lerma, El Bajío oriental durante la época prehispánica, Eduardo Williams y Phill C. Weigand, editores, Zamora, Mich. El Colegio de Michoacán; Centro de Investigación en Matemáticas, 1999. Pág. 82-83.
(42) Ibídem pág.84
(43) Crespo, Ana, Viramontes, Carlos, Arqueología y etnohistoria. La región del Lerma, Elementos chichimecas en las sociedades agrícolas del centro-norte de México, Eduardo Williams y Phill C. Weigand, editores. Zamora, Mich.  El Colegio de Michoacán; Centro de Investigación en Matemáticas, 1999. pág.109.
(44) Ibídem, pág.110.
(45) Pollard, Helen, Arqueología del occidente y norte de México, Estudio del surgimiento del Estado tarasco: investigaciones recientes, Eduardo Williams y Phil C. Weigand Editores. Zamora, Mich, El Colegio de Michoacán, 1995, pág. 29.
(46) Ibídem, pág.30.
(47) Braniff, Beatriz et al, La Gran Chichimeca, El Lugar de las Rocas Secas, México, CONACULTA, 2001 pág.110.
(48) Groenewold, Federico y López-Eguia, Leonardo, Chamacuero, Origen y Destino, Presidencia Municipal de Comonfort, México, 2008, pág.61.
(49) Wright, David, La conquista del Bajío y los orígenes de San Miguel de Allende, Ed. de la Universidad del Valle de México, Fondo de Cultura Económica, México, 1998, p.21.

LOS ORÍGENES DE COMONFORT, GUANAJUATO

J. Jesús Rodríguez Frausto

Tal parece que la configuración del terreno determina las dificultades o facilidades que podamos tener para conocer los orígenes de algunas de nuestras poblaciones. Si la topografía es agreste e intrincada, la información del pasado de los asentamientos humanos allí establecidos, presenta no pocas dificultades; no así, los que se encuentran emplazados en las extensas, fértiles y hermosas planicies.

Un ejemplo exuberante de lo que acabamos de decir lo tenemos en nuestro celebérrimo Bajío. Pocas son las poblaciones aquí establecidas que presenten dificultades, para determinar las circunstancias en que surgieron a la vida, y llama verdaderamente la atención el hecho de que hasta ahora los investigadores nos comencemos a dar cuenta de que existe esta riquísima veta de historia guanajuatense.

Entre los autores más conocidos que se han ocupado de Comonfort, antes Chamacuero, tenemos al Dr. José Guadalupe Romero, quien en su obra clásica, dice al referirse a esta población: "Habiendo mantenido muchos años los indios bárbaros emboscados en los cerros que rodeaban Chamacuero y habiendo dado muerte a los religiosos franciscanos Fr. Francisco Doncel y Fr. Pedro Bourgeme, que iban para la villa de San Felipe, el virrey, para evitar estos asaltos, mandó fundar a Chamacuero, por los años de 1561. Se encargaron de la conquista espiritual los padres de San Francisco, y levantaron allí un magnífico convento que parece no llegaron a concluir..." (1).

Don Pedro González, por su parte, al ocuparse del tema, escribe: "Chamacuero, voz del tarasco que significa 'lugar donde se cayó el cercado', ya existía cuando don Francisco de Velasco, caballero comendador de la orden de Santiago, hermano del visorey don Luis, el mozo, por comisión, de éste fundó como presidió o villa de españoles, el día 1º de enero de 1572, porque habiendo causado muchísimos daños a las poblaciones recién establecidas el indio general de los chichimecas Maxorro, se necesitaba hacer cesar sus continuas depredaciones. Parece improbable la tradición de que la Sra.marquesa de Jalpa hubiera cedido el terreno para la ubicación del pueblo, sencillamente porque no existía entonces dicha señora..."(2).

El impacto que causó este autor, todavía no termina, pues otros autores continuaron sustentando su dicho, con más o menos palabras, en lo expresado por el señor González. Fulgencio Vargas, dice al referirse a Comonfort: "Antigua aldea chichimeca-tarasca. La fundación legal se remonta al 1º de enero de 1572, conforme a la cédula real expedida por el virrey don Luis de Velasco, el segundo, quien, al efecto comisionó a su hermano don Francisco, para qué 'fundará un presidio o villa de españoles; porque habiendo causado muchísimos daños a las poblaciones recién establecidas el indio chichimeca Maxorro, se necesitaba hacer cesar sus continuas depredaciones'..." (3).

El historiador Manuel Sánchez Valle, en su estudio geográfico sobre el Estado de Guanajuato, que como el de don Fulgencio, ha sido libro de texto en los centros de enseñanza superior guanajuatenses, escribe al respecto que "el 1º de enero de 1572 se fundó el presidio de Chamacuero -Comonfort - de acuerdo con la cédula expedida por el virrey Luis de Velasco, el primero, para evitar que los pames de la Sierra Gorda, atacaran los convoyes que se dirigían a Zacatecas y asesinaran a los que iban a ellas, con grave perjuicio del quinto de su majestad y de su real servicio..." (4).

La cantidad de errores que desgraciadamente se continúan divulgando, saltan a la vista y hasta se puede decir que agreden. Ninguno de los autores acierta e insisten en consignar notorios anacronismos. Todos sostienen que Chamacuero, hoy Comonfort, se fundó el 1º de enero de 1572, en virtud de una cédula real, expedida por el virrey don Luis de Velasco que, como vemos, unos dicen que fue el primero y otros que fue el segundo, y resulta que en el año de 1572, ninguno de los Luises de Velasco ocupaban el palacio virreinal. Hablan también de don Francisco de Velasco, como hermano de don Luis el mozo, cuando en realidad lo era del viejo y, consecuentemente tío de don Luis segundo.
En cuanto a la categoría de la población, ninguno de los autores acierta, pues mientras unos dicen que Chamacuero se fundó como un presidio o como villa de españoles, otros lo califican de una simple aldea chichimeca-tarasca; mas la realidad es otra, según se desprende de un interesantísimo expediente que se conserva en el Archivo General de la Nación, relativo a un gran pleito, en el que los contendientes fueron los indios de Acámbaro y los de Chamacuero, contra los menores Luis de Moscoso, el joven, y su hermana doña Isabel de Figueroa, hijos y herederos de Luis de Moscoso y de doña Leonor de Alvarado.

Al conjuro de las respuestas que se dieron a las preguntas formuladas en los interrogatorios, presentados por una y otra parte, nos encontramos en condiciones de consignar algunos fragmentos muy importantes de la historia de la colonización del extenso y fértil valle de Chamacuero y en especial, de la estancia de indios, llamada en sus principios San Francisco de Chamacuero. El expediente es algo voluminoso y por lo mismo el investigador ha tenido que trabajar un poco, para seleccionar el material de mayor significación, sin importar su procedencia, que bien pudo ser de origen indígena o bien de origen español.

La versión que dan estos últimos sobre la colonización del valle de Chamacuero, es desde luego un tanto parcial; pero no por ello interesante. Cristóbal de Estrada, por ejemplo, vecino de la Ciudad de México y con 50 años de edad, declaró al respecto, que "por el año de 1543... estando este testigo en casa de doña Leonor de Alvarado, madre de los dichos menores y por mayordomo suyo, se trataba del pleito en esta real audiencia, entre los indios del pueblo de Cuautitlán e la dicha doña Leonor de Alvarado e sus hijos, sobre que se echasen las vacas y yeguas que la dicha doña Leonor y sus hijos, a la sazón tenían en las estancias del dicho pueblo de Cuautitlán".

"Y que a esta sazón, el Ilustrísimo señor visorrey, don Antonio de Mendoza, visorrey e gobernador que fue de esta Nueva España, que es en gloria, presente Hernán Pérez de Bocanegra, encomendero que era del dicho pueblo de Acámbaro, mandó llamar ante sí a este testigo e le dijo, que los dichos ganados que la dicha doña Leonor e sus hijos tenían en las estancias del dicho pueblo de Cuautitlán, no se podían dejar de echar de allí, por el perjuicio que venía e daños que hacían los naturales"

"Y que el dicho Hernando Pérez de Bocanegra le había dicho, que en los Chichimecas, en la parte e lugar donde agora está la estancia de Chamacuero, había en aquel valle y en torno a las ciénegas, que a la sazón allí había, disposición para que su señoría Ilustrísima, en nombre de su majestad, le pudiese hacer merced de algunos sitios de estancias, para los dichos ganados, a la dicha doña Leonor e sus hijos, y que este testigo, como persona que tenía a su cargo las haciendas de los susodichos, sacase del dicho pueblo de Cuautitlán los dichos ganados e los llevase a la estancia de Chamacuero, donde al presente están"

"Y así luego, hizo merced el señor visorey a la dicha doña Leonor de Alvarado del dicho sitio de estancia para ganado mayor, que se contiene en el título e merced, en esta causa presentado. Y que este testigo luego, por principio del mes de enero de 1544, fue al dicho pueblo de Cuautitlán e dijo a los indios principales del dicho pueblo, cómo quería sacar las vacas y yeguas de allí e los susodichos le dieron cantidad de indios del dicho pueblo, para llevar el dicho ganado a la parte e lugar de Chamacuero, donde al presente está"

"Y que el dicho Hernán Pérez de Bocanegra, escribió una carta a un criado suyo que estaba en la labranza de Apaseo, que al presente no se acuerda el nombre, que mostrase a esta testigo el dicho valle de Chamacuero e que, guardando el perjuicio de las estancias en el dicho título contenidas, asentase la dicha estancia de que a la dicha doña Leonor se le había hecho merced. Y así este testigo la asentó e pobló, con vacas e yeguas de la dicha doña Leonor de Alvarado y de sus hijos y con un esclavo negro y otros esclavos indios, que guardaban el dicho ganado en la parte el lugar donde hoy, dicho día está asentada"

"Y que este testigo, en todo tiempo que asentó la dicha estancia, nunca vio ni oyó que por ninguna persona, española ni indios, le fuese hecha contradicción alguna, antes siempre este testigo ha visto que después que se asentó la dicha estancia, hasta que la dicha doña Leonor murió, siempre la tuvieron que poseyeron quieta e pacíficamente en paz de indios y españoles e de todas las demás estancias que a la sazón había, sin contradicción de persona alguna..."

Otros vecinos españoles de la capital del virreinato, como Manuel de Villegas, de más de 40 años, que dijo tener, hacia 1570, año en que se presentó esta "probanza" de parte de los herederos de doña Leonor de Alvarado, aseguró que "había tiempo de más de 24 años que este testigo vido que Cristóbal de Estrada... pobló la estancia de Chamacuero, con ganados de la dicha doña Leonor y este testigo no vido ni oyó decir que nadie se lo contradijese, antes... le parece que Hernán Pérez de Bocanegra, vecino de esta ciudad (de México), debió de ser el que le encaminó la estancia y asiento de Chamacuero, como vecinos e grandes amigos que eran..." Gabriel de Aguilera, de más de 50 años, declaró por su parte que "la estancia de Chamacuero e otra que está entre el estancia que dicen del Romano y entre la estancia que dicen Las Camadas, las cuales vido este testigo gozar quieta y pacíficamente a la dicha doña Leonor, todos los días que vivió ella, y a sus hijos hasta el día de hoy... y este testigo sabe que fue y es una de las primeras estancias que en el dicho valle de Chamacuero se poblaron..."(5)

La cédula real a la que todos los testigos hacen referencia, se encuentra en el Archivo General de la Nación; está concebida en los siguientes términos: "merced a doña Leonor de Alvarado. -Yo, don Antonio de Mendoza, etc., por la presente doy licencia y facultad a vos, doña Leonor de Alvarado, viuda mujer que quedásteis y finásteis de Gil González Dávila, difunto, para que en torno de unas ciénegas, que están en Los Chichimecas, podáis hacer y asentar una estancia en que tengáis vuestros ganados del sitio".

"De la cual y en nombre de su majestad, os hago merced, y tomada por vos la posesión de ella sea de vos y de vuestros herederos y sucesores y de quién de ellos hubiere título con ellas, homo tal podáis disponer a quien quisiéredes y por bien tuviéredes, con tanto que no sea la Iglesia ni monasterios mi hospital ni otra persona eclesiástica. La cual dicha merced os hago con tanto que no sea en perjuicio de su majestad ni de otro tercero alguno, ni de las estancias que por mí y en nombre de su majestad está hecha merced a Hernán Pérez de Bocanegra y payo Vázquez y a Hernán Pérez Hidalgo y a Juan Martín y Payo Vázquez, y a Hernán Pérez Hidalgo y a Juan Martín su compañero, en torno a las dichas ciénegas. Y mando que de ella no seáis despojada, sin primero seais oída, por fuero y Derecho vencida ante quienes como debáis"

Y termina este mandato real: "Fecho en la Ciudad de México, en 28 días del mes de agosto de 1543 años. Don Antonio de Mendoza, por mandato de su excelencia, Antonio de Turcios".(6)

Llama la atención el hecho de que ninguno de los testigos hable algo sobre la actuación de alguna autoridad que, representando al virrey, hiciera entrega legal de su estancia a doña Leonor de Alvarado o a alguien en su nombre. Cristóbal de Estrada, dice escuetamente que él había sido quien había sentado y poblado la estancia de Chamacuero, sin referirse en alguna forma a la toma de posesión previa. Además, don Antonio de Mendoza, no delega su autoridad en otra que efectuará este trascendental acto jurídico, que después se hizo cotidiano e indispensable. ¿Era que apenas se iniciaba la gran colonización estanciera en nuestra región? Posiblemente esa fue la causa, pues no tardó mucho en incluirse ese indispensable requisito.

Al parecer, durante los últimos años de vida de doña Leonor de Alvarado -murió el año de 1551 -no tuvo dificultad alguna con sus vecinos estancieros españoles que ya estaban, ni con los que vinieron después. Los problemas surgieron para sus herederos, cuando los indígenas del pueblo de Acámbaro presentaron una información testimonial, alegando tener jurisdicción sobre el valle de Chamacuero y estancias de indios allí establecidas.

Sobre el particular, el indio Domingo pita, expresó en 1570, que "de más de 28 años y 40 años a esta parte y al tiempo que se hizo la merced de la dicha estancia de ganado mayor, y al tiempo que se pobló, que le parece que habrá 27 años, poco más o menos, conforme a la merced que le fue dada a entender, sabe e vido este testigo que había en el dicho valle indios chichimecas y otomíes poblados, que eran antiguamente sujetos a la dicha cabecera y pueblo de Acámbaro".

"Y después vido este testigo que por estar algunos indios derramados e mal poblados, los mandaron juntar en poblaciones y congregaciones, y algunos de los que estaban poblados en el dicho valle de Chamacuero, se vinieron al pueblo de Acámbaro, su cabecera, y otros al pueblo de Apaseo, sujeto a la dicha cabecera, a donde estuvieron un poco de tiempo y después se volvieron al dicho valle a poblar e labrar sus tierras, especialmente los más de las dichas tres estancias de San Francisco, San Agustín e San Lucas, que están pobladas en el dicho valle".

Otro indígena, Francisco Nutzutzi, dijo que "ha visto que antes que se hiciese la merced del dicho sitio de estancia, que le fue dado a entender, que puede haber 27 años que se hizo a la dicha doña Leonor, vido que este testigo que había indios chichimecas y otomíes poblados en el valle de Chamacuero, que eran sujetos de la dicha cabecera y pueblo de Acámbaro y que vido… que se mandaron recoger y congregar en los pueblos donde eran naturales y así vido… que algunos de ellos se vinieron a este pueblo de Acámbaro, su cabecera, y otros al Pueblo de Apaseo, sujeto de Acámbaro, y a cabo de cierto tiempo que estuvieron fuera de dicho valle de Chamacuero, que sabe… que eran sus propias tierras, se volvieron a poblarlas e labrarlas, especialmente los de las dichas tres estancias…"

El indio Juan Patamo ratifica todo lo anterior, así como Baltasar Vázquez, que no sé de qué calidad era. Patamo agregó, además,  "que en la propia tierra donde al presente están fundados y asentados los dichos indios, de más de 28 años a esta parte, ha visto este testigo indios chichimecas poblados e fundados con sus casas y labranzas y había cues y edificios y albarradas, que antes parecía que había habido mayores poblaciones de gente…"

Francisco Nutzutzi, expresó que "antes que en el dicho valle de Chamacuero se hiciesen merced del dicho sitio de estancia de ganado mayor, a la dicha doña Leonor, había habido y había población de indios chichimecas y otomíes y así, aunque después algunos se despoblaron y dejaron sus tierras en la parte e donde al presente están fundados y poblados los dichos sitios de estancias de San Francisco, San Agustín e San Lucas, y alrededor de ellas quedaron muchos edificios de cues, paredones y albarradas, por donde claramente se ve e parece haber habido en el dicho valle poblaciones de indios y no haber sido tierra baldía ni despoblada..."

Domingo Pita ratifica que "junto y a la redonda de ellas había albarradas e paredones y cimientos y edificios antiguos y cues, por donde claramente se muestra haber sido poblaciones de indios y no haber sido tierras baldías..."

Dispuestos a llegar hasta sus últimas consecuencias en el pleito que se ventilaba, los indígenas de Acámbaro, llegaron hasta afirmar que la estancia de doña Leonor de Alvarado no estaba bien emplazada. El testigo Martín Xofre, dijo que "sabe e vio e ve que entre la estancia que la pregunta dice y la ciénega que pasa un río caudal y sabe que el primer asiento de la dicha estancia, fue más arriba de donde al presente está, mil pasos de marca, poco más o menos, no donde al presente está, lo cual sabe asimismo un Cristóbal de Estrada, que fue el primero que la sentó e tomó la posesión de la dicha estancia, por la dicha el doña Leonor, al tiempo que se fundó..."

El indígena Juan Patamo afirmó que "cerca ni a la redonda, donde al presente está la casa del estancia de ganado mayor... ni tan cerca de allí, desde antes que se poblasen, no ha habido ni hay ciénega alguna, y que lo demás no lo sabe..." Juan Cuaqui, "indio principal e natural que dijo ser de la estancia de Santa María Culhuacán, sujeta al pueblo de Oririapúndaro, de la lengua chichimeca, de edad de 70 años y por su aspecto así lo parece... examinado por Juan Fernández Chirinos, intérprete de la lengua tarasca e otomí y Francisco Parajo, indio intérprete de la lengua chichimeca e tarasca, dijo que sabe y ha visto que cerca e  a la redonda, donde está la dicha estancia... con más de una legua, no ha habido ni hay ciénega ninguna..."

Durante los años cincuenta del siglo XVI, los indios volvieron a ocupar estancias en el Valle de Chamacuero, siendo una de ellas, y en la misma forma, la de San Francisco, precisamente hacia el año de 1563. Sobre el particular Diego Morales, dijo que "puede haber ocho años, poco más o menos tiempo, que siendo este testigo mayordomo de la dicha estancia y hacienda de Chamacuero, vinieron a este testigo siete indios e indias con sus hijos forasteros, que dijeron ser naturales de Coroneo y de Jilotepec, y dijeron a este testigo que les diese a dónde estuviesen y que servirían en la dicha estancia, en lo que se les mandase, por el terrazgo de las tierras".

"Y este testigo, viendo que entonces era provecho para le dicha estancia, por el poco servicio que había en ella, pidió licencia a Antonio de Oliver, que en aquella sazón tenía a su cargo las dichas haciendas, si lo haría, el cual le mandó que los recibiese para el dicho servicio y este testigo los sustentó en la dicha hacienda, y de la propia hacienda le daba maíz y de comer a ellos y a sus mujeres e hijos, hasta que vino el tiempo de sembrar".

"Y entonces -continúa Diego Morales -los puso y asentó en los términos de la dicha estancia, a donde labrasen y que por el terrazgo sirviesen a la dicha estancia, en lo que se les mandase. Asimismo fue concierto que hiciesen una sementera de maíz para la dicha estancia, y así lo hacían y acudían con el maíz de ella a la dicha estancia, conforme a lo que el testigo concertó con ellos".

"Y después, pareciéndole a este testigo que no estaba bien seguro de ellos, los llevó a México e les dio caballos de la dicha estancia en que fuesen, e los puso con el dicho Antonio de Oliver e le hicieron una escritura de concierto, en el que dicho Antonio de Oliver, como persona a cuyo cargo estaban dichas haciendas, les arrendaba las tierras en que fueron puestos por este testigo, porque sirviesen a la dicha estancia en lo que les mandase, y que cada y cuando qué no lo hiciesen e fuese voluntad de los dichos menores, los pudiesen echar de las dichas tierras y términos de la dicha estancia y que hubiesen e fuesen obligados a salir de ellas".

"Y así se hizo la dicha escritura, que este testigo no sabe en cuyo poder está, más que el dicho Antonio de Oliver sabrá razón de ello, a la cual dicha escritura, este testigo se remite, y esto y al dicho concierto sobre este testigo que fueron testigos un Juan Franco, que vive en Apaseo, y fue intérprete un fulano Castañeda, que vivía con el dicho Oliver..."

Cristóbal de Estrada, el hombre que asentara la estancia de Chamacuero, en nombre doña Leonor de Alvarado, el año de 1544, dijo al respecto que "puede haber el tiempo que la pregunta dice, poco más o menos, que este testigo fue a la dicha estancia de Chamacuero, estando en ella por criado y mayordomo de la dicha estancia un Diego de Morales, y este testigo vido que estaban cuatro o cinco indios, cerca de dicha estancia poblados, en un rincón de tierra, hacia la estancia a donde agora, los dichos indios están poblados, que dicen San Francisco, que estará a distancia del sitio de las casas y corrales de la dicha estancia, 800 a 900 pasos".

"Que este testigo dijo al dicho Diego de Morales, que como tenía y consentía allí a dichos indios, el cual respondió a este testigo, que eran indios de tierra de Jilotepec o Izmiquilpan, que se iban huyendo de sus tierras por malos tratamientos e vejaciones que recibían, y que habían dicho que querían estar allí y servir en la dicha estancia, y que les dejasen sembrar sus maíces y ajíes, en el dicho rincón de tierra, porque es buena y que en recompensa de ello, servirían en la dicha estancia, aderezando casa y corrales e labrarían las sementeras, que para la dicha estancia se hacían, y que cuando no lo hiciesen, los echasen de allí cada y cuando que quisiesen".

"Y este testigo halló a los dichos indios, los cuales le dijeron lo mismo que el dicho Diego de Morales le había dicho, que declarado tiene, el cual mostró a este testigo un papel que contenía lo que dicho tiene en esta pregunta, que lo tenían concertados los dichos indios con el dicho Diego de Morales, el dicho concierto. Este testigo después acá le oyó decir diversas veces, que el dicho Diego de Morales dio el dicho concierto Antonio Oliver, tutor y curador que era de los dichos menores, por lo cual este testigo cree y tiene por cierto..."

Esto es algo, no es todo, lo advierto, de la versión blanca, sobre el origen de Comonfort, antes Chamacuero; ahora conozcamos la de los morenos, la de los indígenas, que nunca aceptaron del todo el dicho de los españoles. Veamos ahora que nos dice sobre el particular nada menos que don Francisco Ventura, "indio principal de la estancia de San Francisco, de la lengua otomí, de edad de más de 35 años y que este testigo es principal y natural de la dicha estancia de San Francisco". Fijémonos, don Francisco Ventura dice tener más de 35 años y ser natural de la estancia de San Francisco de Chamacuero, ¿Entonces, 35 años antes existía ya esa estancia de indios?

Don Francisco Ventura declaró que "está poblado en ella, con la gente que tiene a su cargo, y que no quería que rechacen de ella, pero que no por eso dejará decir la verdad. Examinado por Domingo Hernández, indio intérprete de la lengua otomí, en mexicana, y por Luis Pérez y Diego Pérez, españoles, intérpretes de la mexica en española, dijo que ... puede haber 12 años -esto lo decía en 1570 -poco más o menos tiempo, que su padre de este testigo y este testigo con él y otros cuatro indios con él, naturales del pueblo de Jilotepec, vinieron al dicho valle de Chamacuero y allí comenzaron a labrar un pedazo de tierra".

"Y estando un día labrándola, llegó allí un español que se llamaba Morales, que la sazón residía en la estancia de ganado, que estaba poblada en los dichos términos, y les dijo que pues labraban allí la tierra, en los términos de ella que les había menester. Que había menester que le fuesen a hacer ciertas paredes de casa, en la dicha estancia, y ayudar en lo demás que hubiese menester".

"Y así vido, este testigo que le hicieron las paredes y casa en dicha estancia, y cuatro años le sirvieron en lo que había menester, sin paga alguna. Y pasado el dicho tiempo, no quisieron servir más a la dicha estancia, hasta agora, que si no se lo pagan, no quieren servirles ni hacer ninguna cosa, si no es pagándoselo..."

En otra parte de su declaración, don Francisco Ventura, insistió en que "sirviendo en la dicha estancia, al tiempo y sazón que dicho tiene, su padre de este testigo, e los demás, vinieron al dicho valle, otros indios otomíes chichimecas y poblaron en el dicho valle, en términos de la dicha estancia y servían en ella, como los demás".

"E vido este testigo que los españoles e mayordomos que tenían y tienen a cargo la dicha estancia de ganado y haciendas, venían a este testigo ya los naturales que están poblados en los términos de ella, más indios de los que estaban, sino que los echarían del dicho valle. Y así, algunas veces les quitaban los azadones y las herramientas con que labraban, y vido este testigo que cuando les decían que se fuesen, les respondía los naturales, que hiciesen lo que quisiesen, porque ellos no se habían de ir del valle de Chamacuero, aunque les quemasen las casas".

"Y sabe este testigo que él y los demás naturales, que están poblados en el dicho valle de Chamacuero, está muy cerca de la dicha estancia y en los términos de ella, más que ellos no hace ningún daño, ni perjuicio en ella, ni en los ganados... Y que si algún daño viene a la dicha estancia y ganados, cree este testigo que lo hacen indios chichimecas flecheros, que andan por los campos haciendo mal y daño, porque los que están poblados en el dicho valle, no tienen arcos y flechas, ni hacen daño alguno, antes van a servir a la dicha estancia, cuando es menester pagárselo..."

Otro testimonio interesante, es el de don Alonso Martín, "indio natural que dijo ser del estancia de San Francisco, que está poblada en el valle de Chamacuero, de la lengua otomí..." expresó no saber su edad, pero por su aspecto, le calcularon más de 30 años, "primo de don Francisco, principal del estancia de San Francisco de Chamacuero, y que reside y es natural de la dicha estancia, y que reside  en ella con su mujer e hijos..."

"Examinado por los dichos intérpretes, dijo, que... puede haber 11 años, poco más o menos, que este testigo vino de la provincia de Jilotepec a poblar a esta estancia de San Francisco, donde su padre estaba, que se decía Pedro Cuautli, que asimismo era natural de Jilotepec, el cual estaba en dicha estancia, donde el presente están. Que consigo tenía cinco indios con sus mujeres e hijos que todos eran deudos e parientes, naturales de Jilotepec, y fueron a un Diego de Morales, español, mayordomo que era de la estancia del dicho Luis de Moscoso, que les diese dónde pudiesen estar y asentar sus casas, dentro de los términos de la dicha estancia, y el dicho Morales los halagó y les dijo y señaló donde habían de asentar sus casas y estar en los términos de la dicha estancia, y que sirviesen a ella en lo que pudiesen y que no servían a él, sino a Alonso de Avila y a Gil González de Ávila..."

Como vemos, hay ciertas contradicciones en las versiones de unos y otros. Para los aborígenes, el valle de Chamacuero estuvo poblado desde la época prehispánica, por naturales de origen otomí y chichimecas, sujetos al pueblo de Acámbaro; que las comunidades allí establecidas, sufrieron periódicamente mudanzas, dejando despoblado el valle, una de esas ocasiones fue cuando se ordenó, ya en la época virreinal, la reducción y congregación de pequeñas comunidades de indios a pueblos de mayor población.

Hasta cierto punto, el valle de Chamacuero se encontraba poco poblado en los cuarentas del siglo XVI, mercedándose entonces varias estancias a españoles, entre ellos a doña Leonor de Alvarado, en la que por cierto no aparece para nada la palabra Chamacuero. En los cincuentas volvieron nuevamente los otomíes y chichimecas a ocupar algunos lugares de dicho valle, surgiendo entonces las estancias indígenas de San Agustín, San Lucas, así como la de San Francisco, motivo de nuestro estudio.

Para los españoles nada de lo anterior cuenta, sino desde el año de 1562 -1563, cuando se firmó el convenio en virtud del cual, los naturales podían permanecer en la estancia que habitaban, siempre que sirvieran al estancia de los herederos de doña Leonor, con opción de que si no lo hacían así, serían desalojados. Pero los otomíes que habían regresado hacia 1558, procedentes de la provincia de Jilotepec, parece no tomaron muy en serio tales condiciones y decididos a quedarse para siempre, comenzaron a trazar calles y plazas e inclusive construyeron su iglesia, donde eran adoctrinados por sacerdotes y religiosos, hecho muy significativo en que todos los testigos, blancos y morenos, estuvieron de acuerdo y no lo pudieron ocultar al declarar el año de 1570, circunstancia que sin duda se tuvo muy en cuenta para dictar por las autoridades virreinales la siguiente sentencia:

"En el pleito, que es entre partes de la una Luis de Moscoso y doña Isabel de Figueroa, hijos de Luis de Moscoso y doña Leonor de Alvarado, su mujer, y Francisco de Escobar, su procurador en su nombre, y de la otra Francisco Arias, español y Álvaro Ruíz, su procurador, y los indios que están poblados en la estancia nombrada San Francisco, en el valle de Chamacuero, y Cristóbal Pérez, su procurador, sobre que el dicho Francisco Arias y los indios, dejen la tierra de la estancia de Chamacuero libre desembarazada, para que los dichos Luis de Moscoso y doña Isabel de Figueroa, y los demás que es en el pleito:

"Fallamos, atento a los autos y méritos de este proceso, que debemos declarar y declaramos las tierras y lo demás, que en el dicho valle de Chamacuero tiene el dicho Francisco Arias, estar en perjuicio de los dichos Luis de Moscoso y doña Isabel de Figueroa, a el cual mandamos las deje por tierra y pasto de la dicha estancia y no las labre ni cultive en manera alguna so pena de $200 para la Cámara de su majestad".

"Y en cuanto a lo tocante a los dichos indios, les absolvemos y damos por libres y quitos, de lo que en esta razón les piden y demandan los dichos menores, con que en la población que al presente tienen hecha en la dicha estancia de San Francisco, no se extiendan ni alarguen en la parte de la estancia de los dichos Luis de Moscoso y doña Isabel de Alvarado. Y por esta nuestra sentencia definitiva, así lo pronunciamos y mandamos. Sin costas. "Don Martín Enríquez. Rúbrica. -doctor Vasco de Puga. Rúbrica. -El doctor Villanueva. Rúbrica. -El doctor Pedro Farfán. Rúbrica".

"Dada e pronunciada fue esta sentencia definitiva de suso contenida, por los señores presidente e oidores desde la Audiencia real de la Nueva España, estando haciendo audiencia pública, en la Ciudad de México, viernes 4 días del mes de agosto de 1570 años. Estando presentes Francisco de Escobar, Álvaro Ruíz e Cristóbal Pérez, procuradores de las partes, a los cuales luego se la notifiqué en sus personas".(7)

Tal es el material histórico, rigurosamente inédito, que ha venido a revelarnos algo sobre los orígenes de Comonfort, de nuestro Estado de Guanajuato. En todo el encontramos también un ejemplo más de lo que en mi concepto fue LA CONQUISTA TRASTERRADA en nuestra región.

J. Jesús Rodríguez Frausto.


Fuentes consultadas

(1)    Noticias para la historia y la estadística del obispado de Michoacán. Por el Dr. José Guadalupe Romero. México, 1862. Pág.222.
(2)    Geografía Local del Estado de Guanajuato. Por Pedro  González, Guanajuato, Gto., 1904. Tip. De la Escuela Industrial  Militar "J.O.G." Pág. 272.
(3)    Geografía Elemental del Estado de Guanajuato. Por Fulgencio Vargas. 1940. Pág.91.
(4)    Geografía del Estado de Guanajuato. Por Manuel Sánchez Valle. Guanajuato, Gto., 1953. Pág. 140.
(5)    Archivo General de la Nación. Ramo de Tierras. Tomo 24, Exp. 5 a Fs. 7 a la 35.
(6)    Archivo General de la Nación. Ramo de Mercedes. Tomo II a Fs. 143 vta. Exp. 351.
(7)    Archivo General de la Nación. Ramo de Tierras. Tomo 24, Exp. 5 a Fs. 7 a la 35.







DON FRANCISCO DE VELASCO ENLOS CHICHIMECAS, VALLE DE SAN FRANCISCO CHAMACUERO

Eladio González



Siempre que se plantea la pregunta de quién fundó el pueblo de San Francisco de Chamacuero surgen una serie de diferentes teorías que nos informan de este hecho, pero en este caso tan solo nos ocuparemos de la que dice que fue Don Francisco de Velasco fue quién lo hizo. Pero en realidad, ¿quién fue este personaje? ¿Cuándo llegó a la Nueva España? y finalmente lo que interesa saber ¿realmente este señor tuvo propiedades en el llamado Valle de los Chichimecas? Para saber si las tuvo o no se realizó el presente trabajo, con información que se rescató de manuscritos de incalculable valor que se encuentran en el Archivo General de la Nación y otros centros de investigación, todo esto con la finalidad de ilustrar a gente curiosa que desea conocer de nuestras raíces.
Antes de iniciar con el mismo, aclaro que no estoy afirmando que el lo haya fundado, tan sólo presento la evidencia que este Señor, sí habitó en este lugar.  Don Francisco de Velasco fue medio hermano de don Luis de Velasco, segundo virrey de la Nueva España, quien gobernó de 1550 a 1564. El padre de los dos fue don Antonio de Velasco y Manrique, a su vez, este fue hijo de don Pedro Luis de Velasco, quien fue dueño de un gran señorío en la Villa de Salinas del río de Pisuerga, ubicado en la provincia de Palencia España. El primer matrimonio de don Antonio fue con su prima hermana, doña Isabel de Manrique, que fue hija del Vizconde Castañeda, de esta primera unión nació don Luis de Velasco. El mismo don Antonio, tiempo después casó en nuevas nupcias, ahora con doña María de Manuel y Mendoza, quien fue la madre de don Francisco. Al ser nombrado don Luis Virrey de la Nueva España, este se embarcó en el puerto de San Lucar el 29 de mayo de 1550, en este viaje lo acompañaron su medio hermano don Francisco de Velasco, y su sobrino don Rodrigo Vivero y Velasco, quienes llegaron a la Nueva España hasta el 23 de agosto del mismo año. Establecidos ya en la ciudad de México estos dos últimos personajes, Don Francisco se apresuró a emparentar con una de las principales y más acaudaladas familias de la capital.  Una prueba de esto fue el matrimonio de don Francisco con doña Beatriz de Andrada, viuda de Juan Jaramillo, quien en vida fungió como primer Tenedor Encomendero de los Impuestos de algunos sitios cercanos a Xilotepec, como fueron la mitad de Xicuya, de Tequecistlan, Totolancingo, y por último, también las dos terceras partes de Xilotepc, propiedades que a la muerte de Jaramillo, pasaron a poder de su viuda doña Beatriz de Andrada. Por otra parte, el Virrey don Luis de Velasco, favoreció grandemente a su medio hermano Don francisco de Velasco, al otorgarle seis mercedes de tierras en los Chichimecas, El documento que amparó estos  sitios le fue entregado en la ciudad de México el 27 de abril de 1552 que a la letra dice: "El virrey don Luis  de Velasco hace saber a Gonzalo Hernández de Rojas justicia en los Chichimecas, que  por parte de don Francisco de Velasco, vecino de esta ciudad de México, ha sido pedida que en nombre de su majestad se le haga merced de ciertos sitios de estancia para ganado mayor y menor que algunos de ellos tienen poblados en los Chichimecas que el uno en los dichos sitios está entre Juan Jasso y Pedro Sabido, junto a unos nacimientos de agua de un río que se llama de Xalapa, (Xalpilla), y otro sitio junto a una sierra, de la parte de Diego de Barra, y otro sitio junto a otro río que llaman de Tonipinisa y otro sitio junto a la comanja de unos manantiales, y otro sitio de este cabo del mismo cerro en un arroyo, y otro sitio cuatro leguas de esta parte de San Miguel el Grande. Porque todos los sitios los que tiene tomados y están tomados y están sin ningún perjuicio y se le puede hacer merced de ellos, porque es como dicho los tiene y los posee, y porque antes que se le haya la merced de los sitios conviene que se llamen a los indios y a las demás personas a quien toca, y que por allí  tengan estancia y tierras, vos mando para que lo susodicho los llameéis y hagáis saber y deis a entender a los indios estando presentes.  Como el dicho don Francisco de Velasco pide que se le dé titulo y haga merced nueva de los sitios de las estancias para ganados; y habiéndolos visto, según dicho es declarado de esta que hiciste las dichas diligencias. Y que los sitios de estancia están sin perjuicio de terceros y se les puede hacer merced de ellos, constando de lo susodicho y no de otra manera, hago merced a don Francisco de Velasco de los sitios de estancia ganados y ansí declaredes de los suso dichos están sin lo cual dicha declaración fajases con juramento y en forma y de la manera suso dicha; y que no es embargarte la dicha declaración (es decir no siendo ella contraria), hago merced a don Francisco de Velasco de los sitios declarados para que en ellas pueda tener sus ganados suyos propios y de sus herederos y sucesores y de quien del hubiere ese titulo es en por y causa, y como cosa suya habida y adquirida por justo título pueda disponer a quien quiera y por bien tuviere, con tanto que no sea a la iglesia ni a monasterio, ni a persona eclesiástica, so pena de los de haber perdido, y con que en el poblar de los de las estancias y en traer en guarda con los dichos ganados y en todo lo demás guarde las ordenanzas que están fechas o hicieren solos penas en ellas contenidas, lo dicho y es conque no sea en perjuicio de terceros y de la posesión que tomare mando declare no sea despojado." Con estas mercedes que le fueron concedidas, es probable que haya vivido en Chamacuero, don Francisco de Velasco. Don Francisco también fue yerno de Diego de Ibarra, conquistador de los chichimecas  Zacatecas, quien ayudó decididamente en la conquista del norte de la gran Chichimeca a mediados del siglo XVI.
Pues bien la información presentada, es tan sólo una parte de la vida de este personaje y la ubicación de sus propiedades en el valle de los Chichimecas. Bibliografía: Mañe, Rubio, J. Ignacio, 1946, Colec. Vidas Mexicanas, Edit. Xochitl,  Págs. 14-18. Publicaciones Escuela de Estudios Hispano-Americanos, Sevilla España, 1978, Don Luis de Velasco un Virrey Popular, Págs.18, 260, 474, 475 Publicaciones del Gobierno de Guanajuato, Municipios de Guanajuato, 1988, Pág. 50. Zavala, Silvio 1982, Asientos de Gobernación  de la Nueva España,  Colec. Documentos para la Historia,  Núm. 3, A.G.N. Págs. 53-128.

(Agradecemos a Don Eladio González de Empalme Escobedo, su generosidad al compartirnos este texto y otros que figuran en esta página, más los que guste compartirnos en adelante) (Ojalá que muchos otros lectores nos compartan su información o sus investigaciones).


Problemas entre Hidalgo y Allende
Llegada de los conquistadores al Valle de Chamacuero
El insurgente Pedro Taboada Camargo

Los familiares de los insurgentes de Chamacuero

 
 
 
 
INFORMACIÓN Y DOCUMENTOS SOBRE EL CHAMACUERO VIRREINAL
Eladio González


Cobro injusto de impuestos (o alcabalas) a los indígenas en el mercado de Chamacuero.
Lo que a continuación se presenta es una queja que los indígenas de Chamacuero presentaron el 18 de noviembre de 1640, ante el Cabildo de Celaya. Por el impuesto (o alcabala) que se les cobró, en el mercado al momento que ellos vendían. Sus sayales sus tresadillas y sus mantillas, que ellos fabricaban, en telares sencillos en su casa. De igual manera les cobraban impuesto por las frutas que ellos traían de la huerta de sus casas para vender.
Los que llevaron a cabo la demanda fueron: Pedro de Castro, Lucas, Manuel, Domingo, Esteban. Pedro, Lorenzo y Bernardo.
Para cumplir con esa obligación, se presentaron ante el Cabildo para contribuir  y pagar los tributos y subvenciones. Pero tuvieron que hacerlo, con el dinero que les servía como sustento para su familia. Mencionaron que lo hicieron, porque los alcabaleros o cobradores de impuestos los amenazaban año con año con sellares la vara (o bastón de mando).
Y que no satisfechos con esta acción, los mismos alcabaleros también los obligaban a que les compraran un almud ( 27.75 de litro) de maíz, afectando con estas presiones la economía de los quejosos.
La demanda fue hecha por los naturales de Chamacuero, porque con estas medidas de  presión violaban las disposiciones dispuestas por su majestad. De exentar a los naturales, de pagar alcabalas por la fabricación y la venta de las prendas que ellos fabricaban. Así como también las frutas, que ellos recogieran de sus huertas para su venta. Terminado el proceso el Cabildo de Celaya dispuso la siguiente medida: dijo que los naturales de Chamacuero podían seguir fabricando y vendiendo sus prendas, así como las frutas que recogieran de sus huertas. Y que no se les iba a cobrar ningún impuesto y en dado caso, que un alcabalero les quisiera cobrar algún impuesto. Este se haría acreedor a una multa de 200 pesos.
Este despacho lo publico el duque el 27 de noviembre de 1640, por mandato de su excelencia: Juan Martínez de Soria.
Indios Vol. 54 Exp. 367 Fog. Núm. 347. A.G.N.


Un indígena del pueblo de Chamacuero le pide al alcalde mayor de Celaya, una licencia para curtir cordobanes.
Este suceso inició, cuando el indígena Nicolás de Santiago se presentó ante don Juan Valderrama alcalde mayor del Cabildo de Celaya. Y le presentó un despacho en el cual le decía que él tenía por oficio y ocupación el curtir cordobanes, (pieles de macho cabrío y cabra) con los que hacia zapatos, cajas y cojincillos. Los cuales vendía, para obtener alguna ganancia para solventar los gastos de su familia y para pagar los reales tributos, así como el diezmo eclesiástico.
Continuó diciendo, que acudió al Cabildo porque la justicia del Partido de Chamacuero le impedía  ejercer este trabajo, por eso no tenía ocupación alguna.
Por esta razón le pedía y le suplicaba al Cabildo, le otorgara una licencia, para ejercer libremente su oficio.
Así también para con ella lograr conseguir los pertrechos necesarios, como son las pieles para curtirlas y poder tenerlas en su casa, sin que las autoridades de Chamacuero, con este pretexto le impongan una pena.
México 20 de diciembre, de 1709. El Duque de Alburquerque, por mandado de Don Joseph de la Cerda Moran.

Indios Vol. 37, Exp. 144 Fog. 149 A.G.N. 
  
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Información sobre Chamacuero en 1791
Don Mariano Camargo, que fue natural de Celaya habitó en la casa núm. 2 de la calle de la Plaza Mayor. Don Mariano, en ese momento, contaba con 35 años y ocupaba el cargo de teniente justicia de ese Partido.
Don Antonio Roxas Taboada, que era originario de Andalucía España en ese momento contaba con 44 años. Él, junto con su esposa que se llamó Doña Josefa Camargo y  su hijo y sus  tres hijas, habitaron en la misma calle pero en la casa núm. 3. 
En cuanto a Don José de la Mora, éste habitó en la calle de Parroquia núm. 2.Este Señor se dedicaba al comercio.
En esa época el pueblo o partido de Chamacuero (hoy Comonfort), contaba con las siguientes calles: Plaza Mayor, De la Parroquia, Del Calvario, De la Cárcel, De Apaseo, Los Remedios, de los Borregos, Salida de la Plaza, Del Rio, Del Regulista, De Guadalupe.
Padrones Vol. 26, Exp. 7 foj. 288, 855.



La Fiesta de la Santa Cruz en la Hacienda de Jalpilla (Xalpilla) del Municipio de Comonfort.
Posiblemente no se conozca, con exactitud, desde cuándo y cómo inicio la celebración de la fiesta de la Santa Cruz en el municipio de Comonfort, antes partido de Chamacuero. Afortunadamente se pudieron localizar dos documentos que nos hablan de esta tradición, en uno de los fondos del Archivo General de la Nación, llamado Indios. El primero de los documentos en un informe que escribió Don Francisco Xirón quien era el justicia, o alcalde de Chamacuero hoy Comonfort, el 27 de julio de 1735, esta información fue dirigida a Don Juan Antonio de Visarrón y Eguiarreta, quien fue el trigecimoctavo virrey de la Nueva España, (1734-1740). Quien  pidió informes acerca de una fiesta que los naturales celebraban en la Hacienda de "Xalpilla" hoy Jalpilla. Don Francisco le narró al virrey Don Juan que esta fiesta religiosa ya se celebraba en la Hacienda de Jalpilla desde antes de 1735, organizada por el dueño de la hacienda  y los arrendatarios de las tierras de la misma, en colaboración con el Sr. Cura, todos los cuales  nombraban a un mayordomo para que sufragara los gastos de la fiesta.  Una buena parte de estos ingresos la aportaba el dueño de la hacienda, quien proporcionaba los toros que se iban a lidiar durante los ocho días que duraba la fiesta, y él mismo era también quien pagaba los seis pesos a las justicias con el objeto de obtener el permiso para lidiar a los toros.  Otro de los aportes económicos lo hacían los comerciantes, y los indios, quienes daban la mitad de sus ganancias de la venta de los productos que vendían, que eran principalmente frutas, de este dinero una parte iba a las justicias y la otra se le entregaba al mayordomo.    El segundo de los documentos también se encontró en el mismo fondo, está fechado el 6 de mayo de 1794. Éste nos dio la información acerca del año en que se edificó quizás una de las primeras capillas dedicadas a la Santa Cruz, la que fue construida de adobe por los arrendatarios de los ranchos de "Xalpilla" y el Capulín, pertenecientes a la Hacienda de Jalpilla ("Xalpilla.") Esta ermita se levantó en el rancho del Capulín, en 1737.  Esta misma, al paso del tiempo se fue deteriorando paulatinamente por lo que fue necesario reconstruirla, pero empleando ahora materiales más duraderos como fueron cal y canto, dicha acción se llevó acabo en 1777, por los mismos arrendatarios. En la actualidad la fiesta dedicada a la santa cruz sólo dura un día y se celebra en el mes de mayo, con la diferencia de que en el siglo XVII, se festejaba en el mes de junio y duraba ocho días. Bibliografía:
1                   A.G.N. Indios, Vol., 54 Exp. 120, Fogs, 111v -112    2                   A.G.N. Indios, Vol. 70 Exp.  21, Fogs, 14-14v. 

La capilla del santo Cristo crucificado, o el Sr. del santo sepulcro de Oduña de Abajo.
A l norte del Municipio de Comonfort se encuentra situada una comunidad llamada, Orduña de Abajo. En ella se localizan los restos, de lo  que fue una ermita dedicada al Santo Cristo Crucificado o del Sr. del Santo Sepulcro.
Según el documento consultado, este sitio fue parte de la hacienda de Orduña, en cuanto a la idea de la edificación de la ermita, ésta tomó forma el 22 de enero de 1799, cuando los fiscales Don Carlos Antonio de Torres y Don José María Arellano validaron el documento de la donación de un terreno, que hizo para ese fin el indio tributario Patricio Ortega, después de comprobar que el terreno no pertenecía a la comunidad. En el mismo documento Ortega aclaró que donó el terreno para que en él se construyera la capilla dedicada  a la Sagrada imagen del Santo Cristo Crucificado, debido a que no tenía descendientes a quién heredar la propiedad.
El terreno tenía las siguientes medidas: de frente, medía 14 varas, lo que sería hoy a 11.76 m. de fondo, tenía 39 varas, lo que sería hoy 32.76 m. Terminado el trámite, los mismos fiscales mandaron enviaron el expediente al obispo de Valladolid, para que le concediera a Ortega la licencia para la construcción de la ermita. Pero como esta acción no fue suficiente, los naturales de la comunidad tuvieron que suplicarle a su protector, Don José Miguel de la Araunza les elaborara un escrito para solicitar la licencia para la edificación de la capilla.

























JOSÉ IGNACIO LEONARDO CAMARGO E IRIARTE
David Manuel Carracedo

José Ignacio Leonardo Camargo e Iriarte nació el 7 de noviembre de 1783, lamentablemente es muy poco lo que se sabe de este gran insurgente, hasta hace poco, y algunas fuentes más antiguas, así lo consignan, se decía que Ignacio Camargo era originario de la ciudad de Celaya. Hace doce años mi antecesor, el profesor Plácido Santana Olalde, localizó la fe de bautismo del Coronel Camargo.
Cabe destacar que el actual cronista de la ciudad de Celaya reconoce el origen chamacuerese de nuestro personaje.  Hay una coincidencia muy particular tanto cronológica como geográfica, Ignacio Camargo nació en la casa anexa a la antigua presidencia municipal, que tenía acceso por la plaza. En la casa de al lado, es decir en la antigua presidencia municipal, nació en 1786, la heroína chamacuerense y benefactora del movimiento independentista, doña Manuela Taboada, años más tarde esposa de Mariano Abasolo. Hacia 1790 nació, en esa misma casa, su hermano, el insurgente Pedro Taboada. Y, por si fuera poco, en la casa de enfrente, cruzando la acera, nació en 1794 don José María Luis Mora.  Siempre me ha sorprendido la cercanía en tiempo y espacio con que nacieron estos personajes. Seguramente se conocían los cuatro, se veían en misa, en las fiestas del pueblo y deben haber tenido cierto grado de amistad o simpatía, de lo que estoy seguro es que ninguno de ellos sabía el papel que la historia les tenía deparado. Es cierto que el doctor Mora no tomó parte, en modo alguno en la lucha por la independencia, sin embargo, es uno de los historiadores más imparciales y objetivos de todo el movimiento.
Ignacio Camargo se une al movimiento insurgente en Chamacuero,  lo mismo que Pedro Taboada, cuando Hidalgo y su ejército pasaron por aquí el 19 de septiembre de 1810. Nueve días más tarde, el 28 de septiembre, Ignacio Camargo es el encargado de llevar, junto con Mariano Abasolo, un documento donde Hidalgo solicita la rendición al intendente Riaño quien, como sabemos, se había parapetado en la alhóndiga de Granaditas. En el cruce de las actuales calles de Juárez y Mendizábal, es decir bajando de la alhóndiga hacia el Mercado, los realistas tenía ubicada una barricada, a ese punto se acercaron Camargo, Abasolo  y un par de soldados que los acompañaban portando una bandera blanca; entregaron el documento que pedía la rendición y el teniente que los atendió pidió tiempo para traer la respuesta, Camargo insistió en hablar con Riaño y fue conducido, con los ojos vendados, al interior del castillo. Imaginemos la tensión que debía reinar en esos momentos, ochenta mil hombres afuera dispuestos a tomar la plaza y poco más de un centenar dispuestos a la defensa.  En el interior de la alhóndiga Camargo es tratado con amabilidad, incluso le dan de comer y come. Como sabemos Riaño no acepta la rendición y el Coronel Ignacio Camargo regresa con la noticia para dar inicio a las hostilidades, en las cuales participa Camargo. Camargo se destaca en la batalla del Monte de las Cruces y es ascendido a Mariscal. Participa también en la batalla de Aculco, en la toma de Guadalajara y se bate destacadamente en el Puente de Calderón, no hay que olvidar que los insurgentes estuvieron cerca de ganar esa batalla.  Tanto Camargo como Pedro Taboada, siguen a Hidalgo y sus hombres hacia el norte y, como ellos, son capturados en Acatita de Baján el 21 de marzo. Se dice que ambos fueron  conducidos a Chihuahua donde, tras un brevísimo juicio, son condenados y fusilados por la espalda el 10 de mayo de 1811.  Sin embargo, no todos los capturados en Acatita de Baján fueron conducidos a Chihuaha, un buen número de insurgentes considerados de menor rango quedaron prisioneros en Monclova, donde fueron fusilados o condenados a trabajos forzados. Al momento desconozco el final exacto del joven Pedro Taboada.   Lamentablemente, muchos de los insurgentes fueron sepultados en una fosa común, con el crecimiento y las obras de modernización de la ciudad de Chihuaha, la ubicación de los restos, entre ellos los de Ignacio Camargo, se perdió.  Que justo sería que, doscientos años después pudiéramos hacer cierta aquella olvidada estrofa de nuestro Himno Nacional:

Y el que al golpe de ardiente metralla
de la Patria en las aras sucumba
obtendrá en recompensa una tumba
donde brille de gloria la luz.
Y de Iguala la enseña querida
a su espada sangrienta enlazada,
de laurel inmortal coronada,
formará de su fosa la cruz.



DIFERENCIAS ENTRE DON MIGUEL HIDALGO Y DON IGNACIO ALLENDE, DESPUÉS DE SU CAPTURA, EN ACATITA DE BAJÁN, COAHUILA.

Eladio González


La historia oficial siempre nos presenta que las relaciones personales entre los próceres que iniciaron la llamada independencia, siempre fueron cordiales. ¿Pero esto sería verdad?
Porque, después de leer lo que dice  Don José Valadés acerca del antecedente de la historia mexicana, lo dudamos. "El lo planteó de la siguiente manera: la sombra de la dictadura elaboró una historia, patria en una gran parte contraria a la verdad y al espíritu cívico de México. Porque fue durante el régimen porfirista cuando la historia oficial tomó sólido asiento. Hija de una innatural paz, esa historia fraguada por los adalides literarios del porfirismo, cubrió con el espeso manto de la autoridad de ideas, hombres y hechos que parecían contrarios al ensalmo pacifista; y si conservo algunas figuras y pensamientos, fue a guisa de adorno para sus páginas.
Condeno, al mismo tiempo, todas las inquietudes - prodigio de los innumerables pesares del pueblo- para sembrar el escepticismo cívico la desconfianza en la comunidad, el orden de las jerarquías, el desdén a los libertades". (1) "En referencia al mismo tema Taine Hyppolyte planteó que el crítico de historia debe desconfiar de los nombres célebres y de las grandes palabras del entusiasmo; tampoco debe tomar las aspiraciones y las exigencias de nuestra sensibilidad como pruebas y certidumbres; debe de descomponer las leyes de la óptica moral, debe de estar muy prevenido contra las ilusiones de la palabra contra los dogmas de la opinión, contra los delirios de la admiración, contra los compromisos de partido; debe investigar y marcar siempre el punto débil en una época en una nación, en un hombre, en sí mismo". La crítica es una necesidad mental de primer orden en el individuo y en la colectividad. La inteligencia tiene dos funciones para conservar y hacer progresar a la especie humana; el análisis y la síntesis.
El análisis prepara los materiales de la síntesis y a su vez la síntesis es el material de las generalizaciones que expresan teorías, sistemas, leyes que rigen la adaptación y dominio del género humano sobre su planeta. (2) Las dos opiniones anteriores se presentan debido a que así lo amerita el presente tema.  Porque después de revisar los documentos del proceso que se les siguió a Hidalgo y a Allende, después de su captura en Acatita de Baján, Coahuila y llevados a Chihuahua el 7 de mayo de 1811, donde se llevó a cabo el proceso de su interrogatorio, nos enteramos de que la relación amistosa entre estos dos hombres no terminó tan bien como nos lo dice la historia oficial.
El documento plantea que problema entre estos dos personajes inició después de que Hidalgo perdió la batalla del puente de Calderón en Jalisco. Pasado este suceso, todos los jefes de esta insurrección acordaron reunirse en la hacienda de Pabellón que se encontraba ubicada entre Zacatecas y Aguascalientes. Ya establecidos en ella, acordaron quitarle el grado de capitán general y el mando de las tropas a Don Miguel Hidalgo, que le confirieron en Acámbaro. Después de este acto, el mismo Allende y otro jefe de su facción, como lo era el nombrado teniente
general Arias, amenazaron de muerte a Hidalgo, si este se negaba a dejar el
mando para dárselo a Allende. Y debido a esta situación, a Hidalgo a no le quedó otra opción que aceptar. El hecho se llevó a cabo sin ninguna formalidad. Así mismo también se le hizo saber que sería observado y que tenía que seguir incorporado a ese ejército porque de no hacerlo, había la orden de matarlo, si trataba de escapar. De igual manera la misma orden se dictó en contra de Abasolo y el General Uriarte  
Terminado el proceso, les indicaron que viajarían con ellos por voluntad propia pero en calidad de prisioneros.
En cuanto al proceso de la lucha Hidalgo declaró, que Allende y Aldama dijeron que viajaban a los Estados Unidos a comprar armas, pero en realidad ellos pensaban huir (alzarse) y llevarse el dinero y dejar frustradas las ilusiones de quienes los seguían, porque Allende desde Zacatecas dijo que uno de sus objetivos era deshacerse de la gente que engrosaban las filas. Esta idea, Allende la fraguó junto con Jiménez, luego que se reunieron en Saltillo. Terminada esta reunión, tan sólo declararon que la gente iba desertando. Y con esto ellos se pusieron contentos y terminaron diciendo que esto no les importaba.(3) (hasta aquí termina el primer documento y continua otro, llamado "la retracción de Hidalgo" Después de esto, fue un rey caído, un enemigo pisoteado, todavía peor, era culpable ante sus compañeros del fracaso de la revolución. El desprestigio lo envolvía como niebla negra y al entrar en Monclova había visto que el pueblo lo injuriaba y le silbaba. No se puede concebir que un ex caudillo de una revolución convertido en tal por despecho y cólera de sus subordinados que le han lanzado el desprecio del partido que antes de derrocarlo, le han llamado bribón, prostituido,  déspota y que todo eso lo sabe porque lo ha oído; sabe que le tienen aversión como lo escribió Doña Manuela Taboada(*) la esposa de Abasolo no es admisible que ese hombre, se dirija a sus más acérrimos enemigos como lo eran los jefes insurgentes después de Calderón, hablándoles como si fuera su jefe y exhortándolos a que le hicieran caso. ¿Cómo es posible aceptar  que después de esa escena de rompimiento entre el jefe de una revolución y sus principales subordinados, no les diga antes de morir en ese documento de la última manifestación de su conciencia: "Os maldigo, u os perdono o bien me debéis todas vuestras desgracias y perdonadme" ; es más natural dirigirse a ellos que están también condenados a  muerte y no al público insurgente anónimo. La situación exigía una palabra o varias para Allende Jiménez  Aldama y todos los demás. Y a los que amaba: mujer, o hijo, o amigo; una expresión de afecto o un simple adiós. Al revisar este documento asegura que existió una nieta de Hidalgo, luego hubo un hijo o una hija, o si estos fueran póstumos, también hubo una mujer recientemente amada la que merecía alguna frase de despedida.
Él mismo autor que el gobierno español no se hubiera opuesto a que el cura Hidalgo dijera: recomiendo a mi hijo que jamás falte a sus deberes de vasallo. Molesta leer un documento en el que vibran sentimientos de altruismo y de dulzura social y religiosa y no encontrar ni una sola palabra cariñosa para persona intima, aun fuera para la criada que le hacia el chocolate, en Dolores. No es posible que ese hombre haya llegado a 60 años, sin tener a un amigo a quien decirle adiós.
En el documento no hay más que un hombre público que habla para el público y no es posible encontrar un rasgo en su alma, que nos  revelara si era ególatra, humilde, modesto o feliz si lo fue en realidad.                                                                       
En cuanto a este último documento, Francisco Bulnes dice que Hidalgo no escribió el documento analizado.
El Dr. Mora dice que, en caso de que el documento de la "retracción" sea autentica fue una debilidad de Hidalgo.
Pero Lucas Alamán, asegura que el documento es auténtico. Estas son algunas discrepancias de algunos historiadores que lo revisaron. (4)          
Esto es parte de lo que Hidalgo declaró en los dos documentos durante su interrogatorio. ¡Pues bien después, de haber conocido estos relatos tan sólo nos queda entender y comprender que la historia oficial idealizo, a estos dos hombres sin entender primero que en su tiempo ellos tuvieron que sortear una serie de dificultades de compatibilidades entre ellos mismos; por las diferentes formaciones y conocimientos que tenía cada uno. ¿O, acaso cuando iniciaron la lucha, creyeron que lo hacían porque querían ser o se sentían héroes?
Lo malo de la idealización que se hace de estos y otros personajes, es que al final no conocemos como fueron en realidad y esta situación desgraciadamente tan sólo crea una  confusión, de la cual solo queda entender las circunstancias que predominaban en ese tiempo. 
San Luis Potosí, queridísimo hijo mío (Abasolo) con grandísimos trabajos he llegado hasta aquí en busca tuya y de mi hermano, con el destino que se retiren del ejercito y que vallan por días a los Estados Unidos. Yo veré después como los sigo, porque esto anda muy mal con las cosas que han hecho, que a no ser de esto ya se hubieran salido de la empresa; pero con semejantes iniquidades de degüellos a sangre fría a muchos inocentes, ¿cómo dios a de proteger? ¡esto es imperdonable!. Vergüenza es oír de valor de los de ese ejercito, que viendo gente armada echan a correr y a los rendidos que se vienen a entregar sacarlos a degollar con tanta lastima ¡qué vileza! Y lo peor es que unos la hacen y todos la pagan. Por dios te pido por lo que más ames, que será tu hijo, que no sigas en esto, mi Pedrillo aunque veas las cosas muy placenteras; por María Santísima y por vida mía te pido (si es que me quieres) que te vayas a los Estados Unidos y no vengas a estas cosa aunque vengan ejércitos a montones. Ya sabes el fin funesto del padre Mercado después que lo derrotó Cruz y Letona le quitaron los poderes y se le dio veneno en la prisión: se dice que en todos los lugares donde estaba antes, no quieren ni oírlo mentar y más cuando la capitana que traía vestida de hombre, esta en las recogidas ha contado a todos los de Calleja. Horrores del cura tal de ¡hereje y mil vilezas! Di tu si habrá quién quiera seguir su Partido, que se ha hecho afrentosa. Y a todos nos han hecho infelices y tu me harás mucho más si no haces lo que te digo: te retiras o te vas. Pues tu eres el único consuelo que le queda en tanto pena a tu infeliz esposa Manuela.
Otra carta de la interesada a su marido. 408
Querido hijito: con este mismo mozo mándame razón de lo que determines hacer, si te vas con Pedro a Filadelfia (que me parece lo mejor) y si no retírate a un
paraje donde este tu y Pedro solos y avísame para conseguir un indulto del virrey. Que no será difícil pues le han hecho muy buenos informes de ti. Y me aseguraron que ha escrito el Virrey que si te presentas te indultan. Pero lo mejor es, si se
puede que se vayan a otro reino hasta ver el fin de esto y no te vuelvas a meter en nada. Pues con las iniquidades que ha cometido el cura (seguramente se refiere a Hidalgo) a todos nos ha perdido, y es cosa afrentosa el seguirlo. Y más bien elegir el morir cuando no hubiese otro recurso, que no seguir un partido que han hecho afrentoso. Y que cada día me pesa más que ustedes anden en el: parece que el cura (seguramente se refiere a Hidalgo) el modo de perder el partido que tenia que hacer infeliz a todo el reino, esta es la felicidad tan desencantada de la América. Y hubiera sido tal vez cuando no hubieran tantas excusas, que siquiera por buena política debían haberlas evitado, para no haber traído el odio de los mismos criollos, pues al fin no todos tienen corazones inhumanos: mándame razón  de lo que determines, y pon la carta en términos de que si la cogen no te perjudiquen. Entrégale esa esquela al hijo de Allende de Doña Micaela. Pásala bien hijito y  haz lo que yo te digo, pues antes no me hubiera hecho a que hubieras muerto en la acción, pero no con afrenta: adiós hijito tu Manuela." (5)

1) * Valadés José C. Alamán, estadista historiador. México, Robredo 1938. (José C. El porfismo historia de un régimen. El crecimiento. México, Editora Patria, 1948 Págs. XXV-XXVI.)
2) * Taine Hippolite. Les origines de la France Contemporaine. París, Hachete 1885  Vol 4.
3) A.G.N .Historia Vol. 595  Causa  seguida al cura Don Miguel Hidalgo, Págs.1-2-3-3v. 
4) Bulnes Francisco, Páginas Escogidas, Colec. Biblioteca del Estudiante Universitario, U.N.A.M. Págs.  XVI - XVII - 3 - 4 -
5) Tomo 2 - V-III  Hernández Dávalos, Operaciones de Guerra. Cartas Núns 209 - 408 Pág. 408 - 593
(*)  "Número 209 Carta de Doña Manuela Rojas y Taboada, dirigida a don Mariano Abasolo.


   

EL PASO DEL EJERCITO INSURGENTE
ACLARACIONES
Hacia mediados de 2009, el maestro Isauro Rionda, presidente de la asociación estatal de cronistas, encomendó a los cronistas municipales la presentación de una monografía sobre su localidad y, de manera adicional,  un escrito a aquellos por cuyo municipio pasó el ejército insurgente en 1810. Este texto deriva de dicha investigación, el resultado final de la misma es el libro llamado Chamacuero Septiembre de 1810, editado por la Casa de la Cultura de Comonfort, no así por sus originales solicitantes.  El libro citado puede consultarse en la Biblioteca Municipal o puedes solicitarse en formato electrónico a este cronista.
Resulta irónico que el comité estatal de festejos para el Bicentenario haya editado un calendario conmemorativo y haya pasado por alto a Comonfort, en ese entonces llamado Chamacuero. Quizá ese sea el motivo de la omisión, en todos los libros se hace referencia a Chamacuero (no a Comonfort) y qué bien, porque para muchos de los que habitamos este municipio su nombre debe ser el que lo identificó por seiscientos años, y esta gran razón, debiera pesar más que un día trágico en la existencia de un ex presidente de memoria bastante deslucida. De cualquier manera, si el comité estatal se olvidó del paso del ejército insurgente por Chamacuero, a nosotros nos corresponde -y nos enorgullece-  recordarlo.  
LA INFORMACIÓN ES ESCASA
Hay una situación particular al respecto de este tema, si bien existen al menos una docena de autores que claramente mencionan que Hidalgo pasó por Chamacuero  con rumbo a Celaya, tampoco es muy abundante lo que cada uno de ellos dice al respecto y quedan una serie de vacíos que la tradición popular ha ido llenando desde hace muchos años.  Una historia muy repetida nos dice que el Padre Hidalgo se sentó a descansar en un portal que había en la esquina de las calles Pípila y Allende, incluso se asegura que se sentó en un poyo de entre varios que había. Como los jóvenes de hoy no suelen saber qué es un poyo, conviene aclararles que se trata de una banca de mampostería adosada a un muro, antes de que piense que lo escribí mal e imaginen situaciones absurdas.
Lo primero que un lector avezado notará es que no existen portales en la plaza principal de Chamacuero y es muy cierto.  Pero una fotografía de 1910 todavía muestra dicho portal y podemos inferir que debajo de los caballeros de sombrero ancho, que parecen discutir temas de actualidad, están los poyos.  Ya que analizamos la foto, otro observador agudo notará que la calle de Allende no aparece en la fotografía y así es, no existía en ese entonces, mucho menos al paso del ejército insurgente.
Pese a lo extendido de la idea, no hemos podido corroborarla en documento alguno, nada lo prueba, pero por lo mismo nada lo niega. Sin embargo, se sabe que cuando Hidalgo y sus hombres partieron de San Miguel hacia Celaya el día 19 de septiembre, marchaban al frente de la columna dos mil hombres de a pie, armados de hondas, palos y machetes; después la caballería y al final Hidalgo, Allende, Aldama y la oficialía del ejército, para  un total aproximado de seis mil hombres.  Al ser éste el orden en que salieron y, por consiguiente, arribaron a Chamacuero, no parece tener mucho sentido que el padre Hidalgo, o los demás jefes insurgentes, encontraran un lugar libre o accesible en medio de la plaza si, previo a su arribo, habían llegado tantas personas.
Otro dato que suele manejarse es que Hidalgo y la mitad del ejército insurgente arribaron a Chamacuero por una calle y que Allende y la otra mitad llegaron por otra, para encontrarse en "la esquina chata" y seguir su camino hacia Celaya. Para esta idea la situación es la misma, no hay testimonios que lo comprueben ni que lo desmientan, pero, igualmente, si los jefes marchaban a la retaguardia es muy inverosímil dicha división y reencuentro, no hay que pasar por alto que hablamos de  una columna de seis mil  hombres en constante incremento, que aún en estos tiempos sería difícil de organizar.
     PARÉNTESIS
Mencionamos arriba que todavía en 1910 no existía la actual calle de Allende, una fotografía posterior, sumamente conocida, atestigua que años más tarde dicha calle había sido abierta. Los automóviles presentes nos hacen  ubicar la escena a principios de los años cuarenta, pero más que nuestro conocimiento de la historia automotriz y sus modelos, el letrero a la derecha dice claramente  "GASOLINA, PEMEX" con el charrito Pemex al centro, símbolo del orgullo de haberle demostrado a las compañías inglesas que podíamos extraer petróleo y refinar gasolina sin su ayuda, lo cual indica que la fotografía es posterior a 1938.  Puede apreciarse que las casas en la calle Allende están ya construidas en su totalidad, así que la apertura de dicha vía debió ocurrir varios años atrás. En el aspecto anecdótico, el jovencito que aparece en primer término y porta un cajón de bolero es el sr Serrato, padre del Sr. Alfonso Serrato Ortega. En la esquina donde estuvo el portal se aprecia una tienda de abarrotes llamada "La Aurora" así es que con pleno conocimiento de causa, respeto y nostalgia podemos afirmar que: si no es posible aseverar con rigor histórico que en ese lugar se detuvo el señor Hidalgo unos instantes, sí podemos decir que, durante décadas, estuvo el señor  Morelos (que en paz descanse).
    DONACIONES EN ORO
En medio de la divergencia de información al respecto de este tema, hay un suceso en particular que parece ser el más trascendente de aquel 19 de septiembre y es la entrega de fondos para la lucha que realizaron dos personajes chamacuerenses.  Doña Manuela Taboada entregó cuarenta mil pesos en oro a don Miguel Hidalgo, éste extendió un documento en donde reconocía la recepción de dicha cantidad como un préstamo que la naciente nación reintegraría a su beneficiaria, cuando tuviese posibilidad de hacerlo. Este hecho sitúa a doña Manuela Taboada, si no como una heroína, sí como una benefactora del movimiento insurgente (en otro momento de su vida sí fue una heroína, pero eso lo veremos más adelante). Pero, ¿habrá tenido esperanzas la familia Taboada de recuperas sus cuarenta mil pesos? ¿Qué habrán pensado al respecto cuando Hidalgo fue capturado y fusilado casi un año después? Muchos años después, digamos noventa años después, los herederos (que no los descendientes) de Mariano Abasolo recibieron, del gobierno de Porfirio Díaz, los cuarenta mil pesos en oro (o su equivalente) que doña Manuela Taboada entregó a Miguel Hidalgo el 19 de septiembre de 1810. Y no hace falta preguntarse si les pagaron intereses, tengan por seguro que cuarenta mil pesos en oro valían más en el siglo XX que en el XIX. Tampoco hace falta imaginar si el General Díaz se sentía obligado hacia doña Ana Galván, que así se llamaba quien recibió el dinero, es evidente que al reconocer un documento firmado por don Miguel Hidalgo, don Porfirio estableció un puente histórico entre su gobierno y el ejército insurgente; no cualquiera tiene el orgullo de cumplir un compromiso pactado por el Padre de la Patria.
Algo totalmente diferente ocurrió con la familia de José María Luis Mora, pero dejemos que una pluma ochocientas treinta y cuatro veces más ilustre que la mía nos lo relate,   en "Obras Sueltas" del Dr. Mora dice: 
       "Mora ha nacido de una familia muy decente y que ha tenido su fortuna en el Estado de Guanajuato y pueblo de Chamacuero.  Cuando empezó la insurrección un ranchero, llamado Montaño, se presentó de parte del cura Hidalgo en casa de su padre (D. José Ramón de Mora), y comenzó por hacerse entregar diez y ocho mil pesos; para salvar otros setenta y tres mil, que quedaban en casa, se trasladaron a Celaya y depositaron en el Carmen de donde los tomó Hidalgo, arruinando en un día completamente la familia de Mora, a la cual pertenecía a lo menos la mitad de esas cantidades. Sin embargo, cuando todo mundo se ha hecho pagar tal vez más de lo que se le había quitado, la familia de Mora nada ha reclamado de lo que perdió, y ni aun siquiera se ha ocupado de hacerse reconocer el todo ni parte de esta deuda."
    APORTACIÓN EN SOLDADOS
Hay una estadística que nos gusta valorar a los chamacuerenses, lamentablemente hay mucha contradicción entre los autores que tratan este tema. El planteamiento es este: ¿Cuántos hombres salieron de San Miguel el día 19 de septiembre? y ¿cuántos llegaron a Celaya? La diferencia entre ambas cifras significa el número de coterráneos que se adhirieron a la lucha libertaria.  Decía que hay mucha diferencia entre los autores, de los veintidós textos consultados, sólo cuatro mencionan -y coinciden en ello- que de San Miguel salieron aproximadamente seis mil hombres. Sin embargo, los cinco textos que mencionan cuántos hombres llegaron a Celaya manejan cifras tan dispares como dos mil quinientos, cuatro mil, veinte mil y cuarenta mil.  Cualquier dato por debajo de los seis mil efectivos lo consideramos erróneo pues el movimiento iba cobrando adeptos de manera acelerada y ninguno de los textos habla de decrecimiento alguno. Por otra parte, tampoco consideramos factible el dato de cuarenta mil hombres pues ello hablaría de que treinta y seis mil chamacuerenses se unieron a Hidalgo al pasar por aquí y, en honor a la verdad, hasta bien entrado el siglo XX este municipio no tuvo treinta y seis mil habitantes. Por lo tanto, el dato que creemos más acertado es el de veinte ml hombres, lo cuál nos dice que catorce mil paisanos nuestros engrosaron las filas del ejército insurgente. Antes de regodearnos por la nutrida respuesta de nuestros antepasados, conviene analizar que de la ciudad de San Miguel a la de Celaya se cruza el territorio de tres municipios y que la población, en aquellos tiempos, no se concentraba en las ciudades sino que se distribuía en las haciendas, pequeños poblados  y rancherías de los alrededores.  Pero, conjeturando un poco, bien podemos suponer quela mitad de esos catorce mil sí fueron combatientes nacidos en este suelo. Y no es poco decir siete mil hombres, téngase en cuenta que son más que los que se unieron en Dolores y San Miguel juntos y que  nuestro pueblo ha sido siempre más pequeño que estas poblaciones.
Hoy en día, cuando por descuido o por prejuicio se menosprecia el papel que nuestro pueblo tuvo en la célebre Ruta de Independencia, bien vale la pena tener presente, tanto la ayuda económica que el Padre Hidalgo recibió a su paso por Chamacuero, como la enorme cantidad de combatientes que engrosaron las filas del ejército independentista.

    REVELADORAS CARTAS DE DOÑA MANUELA TABOADA
El ejército insurgente salió de Chamacuero el día 19 de septiembre por la tarde, nunca en su derrotero volvió a pasar por nuestro pueblo. Luego de la dolorosa derrota de Puente de Calderón los insurgentes toman camino hacia el norte, más tarde deciden intentar llegar a los Estados Unidos. Desde un poco antes, doña Manuela Taboada instaba a su esposo, don Mariano Abasolo, a abandonar la lucha, por alguna razón se conservan un par de cartas donde así se lo solicita;  por la generosidad del Sr. Eladio González las transcribimos a ustedes, lo más fiel posible al original:
Número 209, Cartas de Doña Manuela  de Rojas y Taboada, dirigidas á don Mariano Abasolo.

San Luis Potosí.-Queridísimo hijo mío: con grandísimos trabajos he llegado hasta aquí en busca tuya y de mi hermano, con el destino de que se retiren del ejército, y si pueden váyanse por Dios á los Estados-Unidos: yo veré despues como los sigo, porque esto anda muy malo con las cosas que han hecho, que á no ser esto ya se hubieran salido con la empresa; pero con semejantes iniquidades de degollar á sangre fría á muchos inocentes, ¿como Dios ha de protejer? esto es imposible: vergüenza es oír el valor de los de ese ejército, que en viendo gente armada echan á correr y á los rendidos que se vienen á entregar sacarlos á degollar con tanta lástima: ¡que vileza! y lo peor es que unos la hacen y todos lo pagan. Por Dios te pido, y por lo que mas ames, que será tu hijo, que no sigas en esto, ni Pedrillo, aunque veas las cosas muy placenteras; por María Santísima y por vida mia te pido (si es que me quieres), que te vayas a los Estados-Unidos, y no vengas á estas cosas, aunque vengan ejércitos á montones de ingleses. Ya sabes el fin funesto del padre Mercado después que lo derrotó Cruz, y á Letona le quitaron los poderes, y se dio veneno en la prision: se dice que todos los lugares que estaban antes por el cura, no quieren ni oirlo mentar, y mas cuando la capitana que traía vestida de hombre, y hoy está en las recojidas, ha contado á todos los de Calleja horrores del cura, que lo acreditan tal hereje, y mil vilezas; di tú si habrá quien quiera seguir su partido, que se ha hecho afrentoso, y á todos nos ha hecho infelices, y tú me harás mucho mas si no haces lo que te digo: te retiras ó te vas, pues es el único consuelo que le queda en tanto pena á tu infeliz esposa -Manuela.

Otra carta de la interesada a su marido.

Querido hijito: con este mismo mozo mándame razon de lo que determines hacer, si te vas con Pedro a Filadelfia (que me parece lo mejor), y si no, retírate á un paraje donde estén tú y Pedro solos, y avísame para conseguir un indulto del virrey, que no será difícil, pues le han hecho muy buenos informes de ti, y me aseguran que ha escrito el virrey que si te presentas te indulten; pero lo mejor es, si se puede, que se vayan á otro reyno hasta ver allá el fin de esto, y no te vuelvas á meter en nada, pues con las iniquidades que ha cometido el cura á todos nos ha perdido, y es cosa afrentosa el seguirlo, y mas bien elejir el morir cuando no hubiera otro recurso, que no seguir un partido que han hecho afrentoso y que cada día me pesa mas el que vds. anden en él: parece que el cura ha estudiado el modo de perder el partido que tenia, y hacer infeliz á todo el reino: esta es la felicidad tan decantada de la América, y hubiera sido tal vez, cuando no hubiera cometido tantos excesos, que siquiera por buena política debían haberlos evitado, para no haberse  atraído el odio de los mismos criollos, pues al fin no todos tienen corazones inhumanos: mándame razón de lo que determines, y pon la carta en términos de que si la cojen no te perjudiquen: entrégale esa esquela al hijo de Allende de Doña Micaela. Pásala bien, hijito, y haz lo que te digo, pues ántes no me hubiera hecho el que hubieras muerto en la acción, pero no con afrenta: á Diós, hijito, tu-Manuela.
Tomo 2 - V-III  Hernández Dávalos, Operaciones de Guerra. Págs. 408 - 593 Núms 408 - 209. A.G. N.      

Hasta aquí las transcripción de las cartas, hay muchas cosas que observar en estas cuántas líneas, una de ellas es el tono cariñoso -casi maternal (con lo que esto implique)- con que doña Manuela se dirige a sus esposo. Por otra parte, la última línea es muy reveladora: "ántes no me hubiera hecho el que hubieras muerto en la acción, pero no con afrenta". Es decir no le dolería tanto que Abasolo hubiese muerto, pero está desencantada del accionar del ejército y sobre todo del "cura" (Hidalgo). A la luz de los acontecimientos y sabiendo nosotros el fin que tuvieron los primeros Insurgentes, el abandonar la lucha parece un consejo prudente. Sin embargo es de destacar que Abasolo, pese a los ruegos encarecidos de su mujer, nunca desertó con de las filas de Hidalgo, aunque la empresa, sobre todo al partir hacia el norte, parecía perdida.  Un dato muy interesante es que Manuela le habla del hijo de ambos, pero le dice "por lo que más ames, que será tu hijo", con lo que intuimos que estaba por nacer, aunque no hay modo de saber si le faltaban unas semanas o unos meses.(*)  Cabe hacer notar que Manuela Taboada consiguió un Indulto para su esposo y para el capitán Allende unos días después de que fueran redactadas estas cartas, sin embargo el indulto era válido para los que por su propia voluntad abandonaran las armas, no para quienes eran capturados.
(*) Tiempo después de redactar este escrito localicé la fe de Bautismo de Rafael Abasolo, quien no sólo no nació en esas fechas ni en algún lugar del periplo que siguió doña Manuela Taboada, nació en Chamacuero en 1806. Tal vez lo que la señora quiso decir a su marido fue "¿Qué será de tu hijo?"


LA TENACIDAD AMOROSA DE DOÑA MANUELA
No eran unos cuantos hombres los que se dirigían al norte con Hidalgo y los demás insurgentes, si bien no eran los cincuenta mil que tomaron la Alhóndiga sí eran varios cientos, mismos que, casi en su totalidad, fueron capturados el 21 de marzo de 1811 en Acatita de Baján, Coahuila, gracias a las acciones efectuadas por Ignacio Elizondo quien, al parecer, tenía muchas ganas de pasar a la historia como traidor (y lo consiguió).
Muchos de los capturados viajaban con sus esposas, hijos y otros parientes, quienes también fueron enviados a prisión aunque liberados al poco tiempo. Se cree que doña Manuela Taboada pasó por ese trance. La mayoría de los insurgentes fueron llevados, en una marcha larga y pesarosa, hacia Chihuahua. Hay que observar que Acatita de Baján está casi a la misma distancia de Guanajuato que de Chihuahua.
Antes de dos meses ya habían sido juzgados, condenados a muerte y ejecutados nuestros coterráneos Ignacio Camargo y Pedro Taboada, fueron fusilados por la espalda (al considerárseles traidores) el 10 de mayo de 1811. Al ser puesta en libertad, doña Manuela Taboada realizó todas las gestiones que estuvieron a su alcance para salvar a su esposo, recorriendo de ida y vuelta el trayecto desde Chihuahua hasta el centro del país, en ocasiones a lomo de mula, en ocasiones caminando. No hubo penuria que la detuviera. Finalmente sus gestiones, y la gran cantidad de españoles  que Mariano salvó de la ejecución, permitieron que, en vez de ser fusilado, su condena fuera de diez años de prisión en España, la confiscación de sus bienes y la afrenta de sus hijos. Nos cuenta el Dr. Mora en su obra "México y sus revoluciones" que doña Manuela Taboada hizo acopio de sus últimas alhajas para tratar de costearse el viaje a España y seguir a su marido en el destierro. Presentó dichas prendas al comandante del navío "Prueba" y este hombre, compadecido de la situación de ambos esposos, le permitió viajar con él sin recibir ningún pago a cambio. Abasolo fue encarcelado en el castillo de Santa Catalina de Cádiz. En aquella ciudad  doña Manuela no tenía a dónde dirigirse, por lo que solicitó, y le fue concedido, permanecer con Mariano en prisión. Cuidó de él hasta su muerte, ocurrida el 14 de abril de 1814. Regresó a México para cuidar del hijo de ambos, se cree que radicó en la ciudad de Dolores  y que permaneció ahí hasta el término de sus días.




Capilla antigua en Orduña de Abajo


Exigen reconocimiento de sus derechos, los hijos de los caciques de San Francisco Chamacuero, al Cabildo de Celaya.
Este documento nos plantea el proceso legal, que llevaron a cabo los hijos de los caciques de la ciudad de San Francisco de Chamacuero el mes de septiembre de 1725. En contra de Don Asensio Velásquez y demás oficiales, de esa ciudad, para que se les reconociera y se les mantuviera en el puesto de caciques principales de su pueblo. Con todos sus derechos y privilegios de origen, para que pudieran ejercer su poder. Y se les permitiese participar, en las elecciones para poder obtener un cargo público.
Por ese motivo, don Antonio y don Miguel Sedano. Don Martín de la Cruz y Mota, don Juan Martín de la Mota y don Patricio Asensio de la Mota. Con la debida solemnidad y juramento, le entregaron a don Manuel de la Riva licenciado del cabildo de la ciudad de Celaya. Un oficio con esa petición para que se le reconocieran esos derechos, para poder ejercerlos. Leída su petición, el cabildo les dio una respuesta el 13 de octubre de 1725. En esta les pedían, que para validar su condición deberían de presentar seis testigos, de avanzada edad, para que estos dieran testimonio de su origen.
Durante el proceso, los ancianos declararon que los quejosos eran hijos de don Juan Alonso Martín de la Mota y de doña Magdalena María. Que fueron tenidos y requisitados como indios nobles y caciques principales de su pueblo. En esta misma condición también estaban, don Miguel Juan, don Andrés y don Antonio de la Mota, de don Alonso Martín de la Mota, quienes también eran descendientes uno de los capitanes del caudillo, don Nicolás de San Luis conquistador de (Xilotepec) Jilotepec. Durante el proceso los demandantes reiteraron que se les otorgaran los derechos que tuvieron sus padres, para con ello poder ser elegidos para alcaldes de nuestro pueblo.
Además pidieron que les fueran respetadas sus propiedades y su persona, así como el ser libres y exonerados de los tequios, de los servicios y bajos oficios a los que hallan afectos y gravados los indios maceguales. Desde luego este problema no se solucionó rápidamente, pues tuvieron que transcurrir dos años. Pues fue hasta el 5 de septiembre de 1727, cuando el marqués de Casa fuerte ordenó a las autoridades de Chamacuero, por medio de don Juan de Acuña, que a estos naturales de San Francisco de Chamacuero, se les amparara y fueran mantenidos en la posición de nobles indios caciques.

Archivo General de la Nación: apartado. Indios Vol. 51 - Exp.194, Págs. 208,209.209v


Pago del tributo de los indios, para construcción de laCatedral de Valladolid.
En el año de 1691 en el pueblo Chamacuero había 567 indios tributarios que contribuyeron con 90 pesos 1 tomín y 10 granos, para la construcción de la catedral de Valladolid. El encargado de cobrarles el tributo, fue el conde de Oropesa. El encomendero de dicho pueblo por órdenes, del teniente de Michoacán.

Reales Cédulas duplicadas, Exp. 127 Fog. 60 Vol., 42 A.G.N.



 
Llegada de los conquistadores al valle de Chamacuero

Eladio González




El señor Eladio González nos envía esta breve, pero muy interesante nota, al leer el artículo de don Jesús Rodríguez Frausto, el señor Eladio González recordó esta información, donde se menciona un arribo anterior a la Merced otorgada a doña Leonor Alvarado.

Nunca tendré palabras suficientes para agradecer a don Eladio González la gernerosidad que le permite compartirnos sus investigaciones.


Terminada la guerra del Mixton de 1540, cuando los españoles se enfrentaron a los distintos grupos de Chichimecas de la zona de Zacatecas.
Estos mismos españoles, emprendieron 3 acciones para colonizar la tierra de más halla del Río Lerma.
Estas acciones fueron las siguentes: la primera fue la creación de presidios para proteger los caminos, la segunda fue la evangelización de los naturales, con la participación de los frailes franciscanos. Y finalmente la tercera y última fue, la fundación de estancias a donde mandaban a pastar a sus ganado. A la zona de las marismas o Valle de Chamacuero o también la gran Chichimeca. Fue Don Antonio  de Mendoza el primer virrey de la Nueva España, (1535-1550).
Fue el quién inicio con estas migraciones por medio de la entrega de mercedes de tierra, a los españoles.
Una de las primeras mercedes les fue entregada, a Don Hernán Peréz de Hidalgo y a Don Juan Martín.
La merced Dice así: Facultad a vos Hernán Peréz de Hidalgo ea Juan Martín para que en términos del pueblo de Acámbaro o sea los Chichimecas.
En unos cues viejos cerca del arroyo os hago merced en nombre de su magestad.
Para que los puedan atraer buenamente a los indios otomíes y chichimecas a vuestra santa Fe católica y pueblen dicha estancia.
20 de junio de 1541 Don Antonio de Mendoza  por mandato de Antonio de Juraos.        




La Guerra Chichimeca 1550-1600 Literatura Mexicana 52, Powel Phillip W. F.C.E. Págs. 20-35
A. G. N. Tierras, Vol. 741 Exp. 2 Fogs. 6v.-7-7v.


























 
El insurgente Pedro Taboada Camargo
Como ya hemos mencionado en otras secciones de esta misma página, varios de los más destacados chamacuerenses nacieron a finales del siglo XVIII y vivieron muy cerca unos de otros, aunque sus papeles en la historia de nuestro pueblo tomaran caminos diferentes.  Solemos mencionar, por supuesto, a don José María Luis Mora, a doña Manuela Taboada y al mariscal Ignacio Camargo.  Un personaje del que se sabe muy poco es el Insurgente Pedro Taboada.  Aunque la tradición oral suele llenar los vacíos documentales, de Pedro Taboada Camargo sólo se sabe que fue hermano de doña Manuela Taboada,  que siendo un muchacho se unió al ejército Insurgente cuando éste pasó por Chamcuero, el 19 de septiembre de 1810, que fue fusilado en Chihuahua junto con su primo Ignacio Camargo el 10 de mayo de 1811.  Eso es todo lo que se sabe del Insurgente Pedro Taboada.  Claro que usted, amable lector, puede tener la duda, más que razonable de si en realidad existió el joven Pedro Taboada, máxime que, como dicen los historiadores, si no consta en un documento, no puede afirmarse que sea verdad (tampoco puede negarse).  Por lo mismo me acerqué al archivo parroquial de San Francisco Chamacuero, lamentablemente, el libro que aún puede consultarse da inicio en 1790, sin embargo no figura en éste ningún Pedro hijo de don José Antonio Roxas Taboada. Por lo que, si su hermana manuela nació en 1786, Pedro debió nacer entre 1787 y 1789. Persiste la duda razonable: ¿Existió el insurgente Pedro Taboda?  En las dos cartas que se conservan, dirigidas por doña Manuela Taboada a su esposo Mariano Abasolo, hace mención de Pedro,  Cito:

Queridísimo hijo mio:
Con grandísimos trabajos he llegado hasta aquí en busca tuya y de mi hermano,… 
Por Dios te pido, y por lo que mas ames, que será tu hijo, que no sigas en esto, ni Pedrillo,… (1)

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Otra carta de la interesada a su marido:
Querido hijito:
Con este mismo mozo mándame razon de lo que determines hacer, si te vas con Pedro a Filadelfia (que me parece lo mejor), y si no, retírate a un paraje donde estén tú y Pedro solos…(2)

Como claramente lo menciona como su hermano, quitamos la especulación de que el citado Pedro sea otro Pedro; al llamarlo Pedrillo, nos hace suponer que, efectivamente, era un mozalbete.
Hasta aquí podemos corroborar que sí existió el hermano de Manuela Taboada, que anduvo en la lucha acompañando a su cuñado Mariano Abasolo y por ende al Padre Hidalgo.  Además de estas cartas, en el documento denominado: Noticia de los prisioneros hechos el 21 de Marzo de 1811 en Acatita de Baján dice, bajo el rubro de "Seculares":
 
… D. José María Canal, D. Vicente Frías, D. Pedro Taboada, D. Juan Echais… (3)

Como vemos, figura claramente Pedro Taboada, no debe sorprendernos el tratamiento de Don, todos los enlistados lo reciben, no debemos tampoco imaginar por ello que se trata de un hombre mayor.
De Acatita de Baján todos los capturados fueron trasladados a Monclova, pero en este punto se hace una división y a los insurgentes de mayor relevancia se les conduce a Chihuahua, el resto permanece en aquella ciudad.  Unas líneas abajo el mismo documento  da Noticia de los individuos aprehendidos en Acatita de Bajan, en la provincia de Coahuila, que condujo a Chihuahua el teniente coronel D. Manuel Salcedo, gobernador de la provincia de Tejas.  Y nuevamente, bajo el rubro de Seculares se menciona a:

Don Ignacio José Allende, generalísimo;
Don Mariano Jiménez, capitán general;
Don Juan Aldama, teniente general;
Don Pedro Aranda, mariscal,
Don Manuel Santa María, mariscal;
Don Francisco Lanzagorta, mariscal,
Don Vicente Valencia, directorde ingenieros;
Don Onofre Portugal, brigadier;
Don Juan Bautista Carrasco, brigadier;
Don José Santos Villa, coronel,
Don Pedro León, mayor de plaza;
Don Ignacio Camargo, mariscal;
Don Mariano Hidalgo,
Don Agustín Marroquín,
Don Mariano Abasolo, mariscal;
Don Luis Mereles, coronel. (4)

Pero no se menciona ya a Pedro Taboada, por lo que podemos asegurar que permaneció en Monclova. Pero, ¿qué sucedió a los insurgentes que no fueron enviados a Chihuahua? Lucas Alamán nos da muy buena idea al respecto:

"Habiéndose hecho la aprehensión en territorio sujeto al comandante general de Provincias Internas y por tropas de su mando, le pertenecía el conocimiento de las causas y formación de estas; por lo que se dispuso mandar a Chihuahua, lugar de la residencia de aquel jefe, a los principales reos, los cuales salieron de Monclova el 26 de Marzo al cargo del teniente coronel D. Manuel Salcedo tomando el camino del Álamo y de Mapimí, y en el primero de estos puntos se separaron los eclesiásticos que fueron conducidos por Parras a Durango, excepto Hidalgo, que continuó a Chihuahua.
De los que quedaron en Monclova se separaron los que habían sido militares, y según refiere uno de los mismos prisioneros en una relación que ha publicado el Lic. Bustamante, para que se declarasen tales, se les hizo entender que iban a ser empleados en la instrucción de aquellas tropas; formaron pues a los prisioneros en partidas cortas, los militares salieron al frente, y apuntaron sus nombres en un papel prevenido al efecto; de estos fueron algunos pasados por las armas, y entre ellos los sargentos Domínguez y Navarro; del batallón de Guanajuato, que se comprometieron con Hidalgo al principio de la revolución a seducir este cuerpo, y que eran ya tenientes coroneles; Acosta, sargento del regimiento del Príncipe; Malo y Mascareñas, alféreces de S. Luis, y Ortega, sargento del mismo cuerpo; los soldados fueron condenados a presidio, y los paisanos distribuidos entre los artesanos de la villa y las haciendas de las inmediaciones." (5)

Si las cosas sucedieron como lo narra Lucas Alamán, parece poco probable que Pedro Taboada haya sido pasado por las armas en Monclova, en la relación citada anteriormente no se indica que tuviera grado militar alguno, por lo que pudo haber sido condenado a presidio o enviado como trabajador a las haciendas cercanas.  Me inclino a pensar en lo primero. Por otra parte, es de llamar la atención que los historiadores que hablan de Manuela Taboada mencionan las innumerables gestiones que realizó y las grandes distancias que recorrió para salvar a su marido de la pena de muerte, pero ninguno dice que haya tratado de interceder por su hermano. No estoy diciendo que Pedro no tuviera importancia para ella, más bien creo que la situación de éste no era tan comprometida o que fue condenado a prisión al poco tiempo de llegar a Monclova. Aunque me gusta creer que a la larga regresó a Chamacuero, y que vivió aquí para ver la consumación de nuestra Independencia, lo importante, y lo que debemos destacar, es que  cuando el ejército Insurgente pasó frente a la puerta de su casa, como un joven idealista, supo escuchar el llamado libertador y se integró a éste, permaneciendo en la lucha hasta el final de esta primera etapa.


(1)  Hernández y Dávalos, Juan E, Historia de la Guerra de Independencia de México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, México, 1985, T II, documento 209.
(2)  Ibídem
(3)  Hernández y Dávalos, Juan E, Historia de la Guerra de Independencia de México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, México, 1985, T II, documento 216.
(4)  Ibídem
(5)  Alamán, Lucas, Historia de México, Libro Segundo, Capítulo VIII, Primera parte, Imprenta de Victoriano Agüeros y Comp., México, 1883.





















 
En este mismo espacio aseguré que en los libros parroquiales no figura ningún Pedro Taboada, al menos en el libro que registra los nacimientos de españoles de 1790 a 1815. Usted, amable lector, puede preguntarse ¿cómo sé que no se encuentra alguna persona si desconozco la fecha de nacimiento de dicha persona? Esto se hace de la manera más simple -y laboriosa- hay que leer todos los registros. Pero esta labor, sin lugar a dudas entretenida, dista mucho de ser tediosa, en primer lugar porque la lectura de tan antiguos libros nos da mucha información de los pobladores de Chamacuero a finales del siglo XVIII y principios del XIX y en segundo lugar porque en tan minuciosa búsqueda encuentra uno a quienes no andaba buscando.  Ejemplo de lo primero es el poder constatar que muchas de las comunidades del municipio conservan su nombre original, es común encontrar registros de niños nacidos en Xalpilla, en Nopalera, Morales, Sn. Gerónimo, en Orduña, etc. Hay, por cierto, varios nacidos en "Las minas". También aprende uno que los nacidos en américa, siendo hijos de españoles eran catalogados como tales, incluso quienes eran productos de alguna mezcla, mestizos, mulatos, etc., al tener sangre española, eran registrados en el libro de españoles.  En este sentido, en realidad todos los documentos antiguos aportan información indirecta, aun cuando no hayan sido redactados con ese fin. Ejemplo de lo segundo, es decir de encontrar a quien no se buscaba es que tratando de encontrar  a Pedro Taboada Camargo, encontré a siete de sus hermanos:

1782 María Manuela de la Soledad Romualda
1784 Josefe Francisco Luis María
1786 María Manuela Antonia Basilia
1790 María Anna de Jesús Sebera
1793José María Antonio Georje
1795 José Antonio de Jesús Epifanio
1797 José Ignacio Sebastian de Aparicio
1800 María Ygnacia Severa de los Angeles

Aunque enumero ocho hermanos Taboada, yo nada más encontré a siete, María Manuela Antonia Basilia ya había sido ubicada por el profesor Plácido Santana Olalde. El Dr. Federico Groenewold me hizo notar lo siguiente: Si nos fijamos en las fechas veremos que los hermanos van naciendo con una periodicidad de dos años, pero entre María Manuela Antonia Basilia y María Anna de Jesús Sebera hay cuatro años. En ese espacio de cuatro años debió nacer el Insurgente Pedro Taboada.   Además de saber que la Familia Taboada Camargo tuvo, al parecer, diez hijos esta información nos permite entender por qué hubo un alcalde llamado Antonio  Roxas Taboada en 1824 y otro llamado  Ignacio Taboada en 1834 (1). 
En algunos artículos de esta misma página hemos mencionado al hijo de Manuela Taboada y Mariano Abasolo,  sabemos que se llamó Rafael, pero acerca del lugar y fecha de nacimiento especulamos que pudo haber ocurrido en cualquier punto desde Chamacuero hasta Chihuahua, cuando Manuela Taboada realizaba gestiones para salvar a su marido, también se conjeturaba que pudo nacer en el viaje de México a España, cuando Abasolo era acompañado por su mujer al destierro. Incluso, más de alguno imaginó que en la prisión de Cádiz pudo haber nacido el hijo de este matrimonio. 
Pero no, buscando a su tío encontré que José Antonio Rafael Mariano Juaquin Longino de Jesus nació en Chamacuero en 1806. Y por el nombre que recibió parece predestinado a ser hijo único, lleva, entre otros, el nombre de su padre, su abuelo y el tío sacerdote -Joseph Juachin Camargo-  que bautizó a casi todos los hermanos Taboada y a Rafael Abasolo mismo.  Otro dato interesante que este registro bautismal aporta (además de borrarnos la imagen de Manuela Taboada en avanzado embarazo recorriendo caminos, mares y prisiones) es que la madrina fue la señora " Da. Josefa Camargo, viuda del pueblo".  Es decir que para 1806 ya había fallecido don Antonio Roxas Taboada.

Otros personajes, y de otra familia, fueron los hermanos del Dr. José María Luis Mora

1794 Jose Maria Luis
1795 Manuel Gpe Luis
1798 María Ygnacia Josefa Sebastiana de Aparicio
1799 Jose Luis Mariano de los Angeles.

Como comentario al margen, buscando material sobre la vida del Dr. Mora, encontré varias fuentes que afirman que José María Luis Mora, se agregó el nombre de Luis, no siendo su nombre original. Esto es absolutamente falso, su fe de bautismo (y por eso la reproducimos aquí) lo nombra claramente Jose Maria Luis y no sólo eso, sus otros dos hermanos también llevaban el nombre de Luis.
Finalmente, la familia Camargo Iriarte, tuvo, aparte del insurgente Ignacio Camargo, otros dos hijos:

1781 Carlos Antonio
1783 Jose Ygnacio Leonardo
1786 Mariana de Jesús Albina.

Ojalá esta información sea de utilidad para alguien, o si no, al menos a otros les parezca interesante. Respeté la ortografía original con que los nombres estaban escritos. Sigo sin encontrar la fe de bautismo de Pedro Taboada, no dejo de agradecerle, sin embargo, que buscándole encontré a sus hermanos y a su sobrino, lo cual me ahorró el trabajo de recorrer el camino de aquí a Chihuahua.


(1) GÓMEZ BARRÓN, Abel
Monografía del Municipio de  Comonfort
Comonfort, Guanajuato: 1992
Pág 70.


Fe de bautismo de José María Luis Mora

A contracorriente de la costumbre de comenzar el análisis histórico de una población a partir de la fundación española, considero de suma importancia analizar el poblamiento prehispánico de nuestro municipio, más aún, cuando reviste mucha importancia para entender la historia antigua de nuestro estado.  Ya hemos analizado este tema en este espacio electrónico, para no repetir le remito, amable lector, a la publicación específica 
Pero hablando del poblamiento europeo, hay en algunas personas mucha inquietud por encontrar la fecha "oficial" de la fundación de nuestro pueblo, todo lo dicho sobre el Chamacuero prehispánico debiera contribuir, desde mi humilde opinión, a desestimar la importancia sobre tal fecha específica, porque fundado y poblado estaba, varias veces, el valle de Chamacuero, antes de que cualquier europeo lo hollara con su planta.
Antes de abordar el poblamiento español es necesario mencionar que durante los primeros años de la presencia europea, los españoles, para tratar de  reorganizar el territorio recién conquistado planearon un redistribución espacial de la población autóctona porque ésta no estaba acostumbrada a aglomeraciones urbanas, sino que tradicionalmente vivía dispersa.  En las décadas de 1530 y 1540 se efectuaron los primeros reasentamientos indígenas en pueblos planeados, llamados congregaciones, juntas o reducciones, aunque el periodo más intenso sucede durante el gobierno de  Luis de Velasco entre 1550 y 1564. (1)
A estas poblaciones más comúnmente se les llamó Pueblos de Indios y todo apunta para que San Francisco Chamacuero deba ser considerado como tal.

Los pueblos de indios fueron siempre concebidos como una república distinta, separada de los españoles. No había intención de segregación, sino que más bien pretendían aislar a los indios de la ambición y los comportamientos viciados de algunos españoles.
Sin embargo los pueblos de indios siempre estuvieron en función de los pueblos de españoles; la mano de obra indígena para encomiendas y repartimientos fue un factor decisivo par al ubicación y supervivencia de los pueblos de indios.(2)
Por este motivo no suele haber, a diferencia de las villas de españoles, documentos fundacionales para estos pueblos, en todo caso hay documentos en que se ordena el agrupamiento de poblaciones indígenas.  Ello no significa que no existan documentos que nos permitan conocer como fue el poblamiento de Chamacuero en la época colonial, pero no existe, o al menos no lo conocemos hasta ahora, un documento que nos dé una fecha para festejar nuestra fundación, labor por demás complicada ya que, en sentido estricto deberíamos remontarnos al año 300 A.C.
El primer documento en este sentido es la Merced de Tierras otorgada a doña Leonor de Alvarado y que dice:  "merced a doña Leonor de Alvarado. -Yo, don Antonio de Mendoza, etc., por la presente doy licencia y facultad a vos, doña Leonor de Alvarado, viuda mujer que quedásteis y finásteis de Gil González Dávila, difunto, para que en torno de unas ciénegas, que están en Los Chichimecas, podáis hacer y asentar una estancia en que tengáis vuestros ganados del sitio".

"De la cual y en nombre de su majestad, os hago merced, y tomada por vos la posesión de ella sea de vos y de vuestros herederos y sucesores y de quién de ellos hubiere título con ellas, homo tal podáis disponer a quien quisiéredes y por bien tuviéredes, con tanto que no sea la Iglesia ni monasterios mi hospital ni otra persona eclesiástica. La cual dicha merced os hago con tanto que no sea en perjuicio de su majestad ni de otro tercero alguno, ni de las estancias que por mí y en nombre de su majestad está hecha merced a Hernán Pérez de Bocanegra y payo Vázquez y a Hernán Pérez Hidalgo y a Juan Martín y Payo Vázquez, y a Hernán Pérez Hidalgo y a Juan Martín su compañero, en torno a las dichas ciénegas. Y mando que de ella no seáis despojada, sin primero seais oída, por fuero y Derecho vencida ante quienes como debáis"

Y termina este mandato real: "Fecho en la Ciudad de México, en 28 días del mes de agosto de 1543 años. Don Antonio de Mendoza, por mandato de su excelencia, Antonio de Turcios"(3)

Un documento posterior, de 1570, permite conocer muchas circunstancias de la primera mitad del siglo XVI en Chamacuero, dicho documento es el expediente de un pleito entre los indios de Acámbaro y Chamacuero contra los descendientes y herederos de doña Leonor de Alvarado.(4)
Este documento es un proceso legal, pero en las muchas declaraciones de los involucrados o de los testigos se puede conjeturar que:
1El Valle de Chamacuero estuvo poblado, desde antes de la llegada de los españoles por naturales de origen otomí y chichimeca.
2.-Las comunidades ahí establecidas sufrieron periódicas mudanzas, en los años cuarenta había poca ocupación, por lo que se otorgaron varias mercedes a españoles, entre ellos a doña Leonor de Alvarado.
3. En los cincuentas volvieron los otomíes y chichimecas  a ocupar el Valle de Chamacuero, surgiendo las estancias indígenas de San Agustín, San Lucas y San Francisco.(5)

El Dr. Federico Groenewold cita en su monografía de Chamacuero un documento localizado en el Archivo General de la Nación cuyo texto traducido es el siguiente:

1575 Junio 10. San Francisco Chamacuero. Fundación de pueblos. Copia Que se dé cuatro mil veces el reconocimiento y fundación del Pueblo de San Francisco Chamacuero, jurisdicción de la Gran Provincia de Xilotepec, y que asimismo se le señale la obligación al Pueblo de San Francisco Chamacuero que tiene cuatro varas a partir de donde se puso la Cruz Lanzada del lado del Barrio donde se ha de poner la ermita o iglesia [a partir de donde se extenderá] mil varas en [dirección de] los cuatro puntos cardinales, norte, poniente, sur, oriente y que asimismo le tocan por la conquista de continuo cinco caballerías de tierra para ganado mayor y menor. Posteriormente ha de venir el Señor Virrey a dar posesión amplia y para siempre jamás.(6)

Lamentablemente, el Dr. Groenewold, no dejó la ubicación precisa de este archivo, pero comentó acertadamente que el hecho de ubicar este pueblo en la jurisdicción de Xilotepec, lo evidencia, indudablemente, como un pueblo de indios.

Más adelante menciona un documento posterior, fechado en 1606, donde se habla de un reparto de tierras, el cual para efectos prácticos puede entenderse como una fundación.

"San Francisco Chamacuero. Repartimiento de Tierras. Copia. Yo don
Juan de Aguilar alcalde del pueblo por Su Majestad y de los naturales,
luego en convenientemente puse en obra su mandado de mi señor suegro
don Alonzo Martín de León uno de los señores conquistadores, como alcalde
y justicia ordinario en compañía de toda mi república, tomé una vara
sellada de medir paño en nombre del Rey Nuestro Señor que Dios Guarde,
empecé a repartir y medir la caballería de tierra y empecé desde la orilla
del río enfrayente a la iglesia juntamente con la plaza real y calle que
viene de San Miguel el Grande, por la parte del norte dándole 30 varas a,
cada uno de los hijos del pueblo, señalando sus mojoneros a cada uno,
éstas mismas fueron a dar hasta donde linda las tierras de los del pueblo
de San Agustín chichimeca, propiamente donde se aparta la madre vieja
<hi>zo por la parte del poniente dicha repartición y medidas  fue en
mucha paz y quietud sin que ninguna persona lo contradijese. Así interpongo
mi autoridad como puedo y debo como alcalde que soy y lo firme a 8 de
Marzo año próximo de 1602. Don Juan de Aguilar".(7)

Hacia finales del siglo XVI, la corona española, en un intento de ordenar y regularizar la posesión de las tierras y, si bien los naturales estaban exentos de presentar documentos pues, se reconocía su derecho inmemorial y legítimo sobre éstas(8) , un sinnúmero de comunidades se dieron a la tarea de "crear" por cuenta propia sus títulos, recurriendo al servicio de escribanos especializados en redactar estos documentos, siendo común, por esta misma causa, que dichos títulos contengan notorios errores,  citando personajes que no tuvieron participación en la fundación de los pueblos, describen la llegada de los españoles, las conquista religiosa y las congregaciones así como las enfermedades que los aquejaron fechas atrás.  Aparecen personajes como Luis de Velasco o Antonio de Mendoza desempeñando un papel importante a l lado de los gobernantes locales de cada pueblo, Junto a ellos fechas de fundación, de delimitación y legalización de las tierras inundan el discurso. Incluso atribuyen  a la factura de los mismos una antigüedad no comprobable. (9)
También es común que párrafos enteros del título de un poblado se presenten en el de otro diferente y distante (10).
A estos documentos se les llama Títulos Primordiales y, dado que fueron hechos (o mandados a hacer) por los propios pobladores al margen de las autoridades, tienen muy poco valor histórico, sin embargo, ayudan a imaginar cómo pudo haber sido la fundación de cada los pueblos que los encargaron.  A otros documentos (mercedes de tierras, repartos), elaborados por las autoridades también se les llama Títulos Primordiales, pero es evidente la diferencia entre unos y otros.

Este puede ser el origen de la muy difundida versión, localizable en muchos documentos oficiales y páginas electrónicas, donde se afirma:

El 1° de enero de 1572, don Francisco de Velasco la declara villa de Chamacuero; misma que serviría para proteger la región de los constantes ataques de los chichimecas, que por aquí se localizaban, destacando los pames. En 1591 los españoles lo denominaron San Francisco de Chamacuero, y el primer asentamiento ordenado tiene lugar en el barrio conocido como San Agustín (11)


También de un documento apócrifo puede provenir la versión complementaria que asegura que la muerte de dos sacerdotes franciscanos en las cercanías de Chamacuero (según algunos a la altura de la comunidad de Calderón, municipio de Allende) en 1561 (12)  fue el detonante para la fundación de este pueblo, conminada por don Francisco de Velasco a su hermano Luis, virrey de la Nueva España en ese momento. El suceso trágico está documentado, se sabe que los sacerdotes se llamaron Francisco Doncel y fray Pedro Bourgeme(13), lo que no consta es su relación directa con la fundación de Chamacuero.

Con toda seguridad, el códice Chamacuero (14)  y el códice Pedro Martín de Toro (15), pertenecen a este grupo, al menos es evidente que fueron redactados con mucha posterioridad a la fecha de los sucesos que describen. Y del mismo modo, no son pruebas contundentes de la fundación de nuestro pueblo, pero nos ayudan a perfilar las circunstancias en que esta sucedió. Del segundo documento extraigo el presente texto:


Fue primero pueblo en la villa  de San Mi[guel] era sujeto en Querétaro- y el pueblo de Chamacuero y San Francisco el primer pueblo en Chamacuero era en el pueblo San Lucas pueblo de uachichile chimecos manzos los amigos - Después se pobló en San Agustín. Estaba un capitán  se llamaba - don Juan Martí estaba como gobernador aucual teni sujeto - todas las ranchería de chimecos manzo gueriador. Los conquistadores los tenía sujetos todos las ran[che] ría este capitán don Juan Martí - En San Francisco que es el pueblo aora en Chamacuero que se llama aora es congregación sen-gregaro cuando bino un juez de congregación que se llamaba Francisco Tamayo. Su escribano que trujo se llamaba Diego Bedor. Tres bes bino  el jues a las congregaciones  - Nonca se pudo congregar los naturales así que se yba los jueses de las congregaci[o]nes que hasí los jues de congragación- se bolvía a donde estaba en sus pueblos los naturales ya estaba hechos sus pueblo…


A pesar de la redacción,  no del todo clara, de este texto, podemos concluir que Chamacuero no se fundó a partir de San Agustín, contra lo que suele decirse. También que  no fue posible congregar este pueblo como lo deseaba la corona, aunque lo intentara tres veces el juez Francisco Tamayo.

(1)Hillerkuss, Thomas, La República en los pueblos de indios de la Nueva Galicia en el Siglo XVI, Centro de Docencia Superior, Universidad Autónoma de Zacatecas,1995
(2)Ibídem
(3)Archivo General de la Nación. Ramo de Mercedes. Tomo II a Fs. 143 vta. Exp. 351.
(4)Archivo General de la Nación. Ramo de Tierras. Tomo 24, Exp. 5 a Fs. 7 a la 35.
(5)Rodríguez Frausto, J. Jesús Los orígenes de Comonfort, Gto, Revista Norcentro, Conacyt,México,1984
(6)Groenewold, Federico y Lopez-Eguía, Leonardo, Op. Cit
(7)COLEGIO DE MICHOACÁN.1602 Marzo 7. Doc. 4-447
(8)Menegus Bordemann, Margarita, Los títulos primordiales de los Pueblos de indios, UNAM, México, 1999
(9)Rojas y Gutiérrez de Gandarilla, Del dicho al hecho… los pueblos de Indios de la Nueva España y la Documentación, V Jornadas Científicas sobre Documentación de Castilla e Indias en el siglo       XVII, Universidad Complutense de Madrid, Madrid 2006
(10) Ibídem
(11) Enciclopedia de los Municipios y Delegaciones de México  http://e-local.gob.mx/work/templates/enciclo/EMM11guanajuato/municipios/11009a.html
(12) Wright Carr, David Charles, La conquista del Bajío y los orígenes de San Miguel de Allende, FCE, México, 1998.
(13)Groenewold, op, cit
(14)Colegio de Michoacan, Biblioteca Luís González [Archivo Histórico, Fondo Chamacuero, no. de acceso 7].
(15)Archivo General de la Nación [Ramo Tierras, Vol. 1783, exp. 1, ff. 16r-24r].






Documentos relacionados con la fundación de Chamacuero








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Sobre el poblamiento europeo de Chamacuero
 

Luego de los muchos intentos de documentar el poblamiento europeo de Chamacuero, solemos dar por punto de partida o como primer documento conocido al respecto la Merced de Tierras otorgada a doña Leonor de Alvarado. Nuestro añejo y constante colaborador (y al decir colaborador en ningún momento debe entenderse que es alguien cuyo trabajo esté en función de este espacio), el serñor Eladio González de Empalme escobedo, tuvo a bien remitirme no sólo una imagen del original de este documento sito en el Archivo General de la Nación, sino un documento similar un poco más antiguo; unas horas después me envió la consabida paleografía de ambos, por si mis escasas habilidades palográficas se escasearan ante semejantes documentos (situación harto probable que no tuve necesidad de corroborar). Agradezco a don Eladio el compartirnos toda esta información, dada la importancia que tiene  para entender el poblamiento europeo de Chamacuero.



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A.G.N. Mercedes Vol- II Exp. 351 Fog. 351 V - 144
Expediente 351
Al margen: merced a Doña Merced de Alvarado de un sitio.
Yo Don Antonio de Mendoza etc. por la presente doy licencia
E facultad a vos Doña Leonor de Alvarado
Viuda mujer que  quedastes e finastes
De Gil Gonzalez difunto para que en
torno de unas cienegas que están en los Chi
chimecas hacer e aposentar
Una estancia en que tengáis vuestros ganados
Del sitio de la cual en nombre su magestad
Os hago merced e tomar por vos la posesión della sea vuestra e vuestros
herederos e subcesores e de quien de vos o
Dellos oviere titulo e causa como tal podáis
Disponer a quien quisieredes e por bien tuvieredes
Con tanto que no sea iglesia ni monasterio ni hospital
Ni otra persona eglesiastica la cual dicha merced
A Hernan Perez de Bocanegra e Pedro de Vazquez  que
A Hernan  Perez Hidalgo  e a Juan Martin su com-
pañero en torno de las dichas cienegas  y mando
Que de ella no seais despojado sin que primero seais presenta-
do por fuero e derecho variada e ante quien
como debais fecho en mexico a 29 dias
del mes de agosto de 1543 años Don Antonio
de Mendoza por mandat de su señoria Antonio de Turcio

A.G.N. Mercedes Vol. I Exp. 225 Fog. 104 V.
Expediente 225
Al margen: Merced a Bocanegra de una estancia y media caballeríade tierras de Apaceo.
Yo Don Antonio de Mendoza etc, por la presente hago merced
A vos Hernán Pérez de Bocanegra vecino de esta ciudad
De la estancia en la comarca de Apaceo (en unos)
Que es que se dicen Chamacuero para que podáis
Tener e tengáis en la dicha estancia vuestros ganados
De novillos y (potreros) e asi mismo (para secesión)
De la dicha estancia os hago merced de de caballería y media
De tierra cerca de ella podáis labrar y cultivar lo aque por bien
Tuvieres por la cual dicha estancia e caballería e media
De tierra sea vuestra e de vuestros herederos e sucesores
E como cosa vuestra propia avida e justo titulo
Podaís disponer de ello a quien quisieres
E por bien tuvieres con tanto que no sea igle-
Cia ni monasterio ni otra persona egleciastica
La cual dicha merced os hago con tanto que no sea en per-
juicio de su magestad ni de otro tercero alguno e con que el
La dicha caballería y media de tierra guardéis
Las ordenanzas que sobre ellas estén echas e lo
Por mi proveido y mandado y mando que qualquier justicias
De esta nueva España que tomada por vos la posesión
De la dicha estancia  e caballería y media de tierra os am-
paren y defiendan en ella y no consientan
Sin den lugar que seais despojado de hecho
Que primeramente seaís oído por fuero e derecho vencido
Ante quien e con derscho devais fecho en mexico a trece
Dias del mes de julio de 1542 años Don
Antonio de Mendoza por mandato de su señoria Antonio
De Turcios.

Creo conveniente comentar dos cosas: Se le ha otorgado a la Merced de doña Leonor de Alvarado un caracter de documento primigenio, que no fundacional, de Chamacuero y paradójicamente no menciona el nombre Chamacuero en ninguna línea. Por otra parte la Merced otorgada a Hernán Pérez de Bocanegra sí menciona Chamacuero y, además, es un año anterior a la Merced de Leonor de Alvarado.

Por otra parte vale aclarar que ésta Leonor de Alvarado no es la hija de Pedro de Alvarado, sino su sobrina, pues es hija de Juan de Alvarado, también conquistador pero menos conocido que su famoso hermano Pedro.
Merced de Tierras a doña Leonor de Alvarado


De entre la enorme cantidad de documentos compilados por el profesor Plácido Santana, y cuyas copias me compartieron sus familiares,  llamó mi atención un grupo de documentos que revelan fragmentos de un litigio comercial entablado por don Blas de la Cuesta para con un deudor. Don Blas de la Cuesta fue un español radicado en Chamacuero hacia 1800, cuando el 19 de septiembre de 1810, el movimiento insurgente pasó por nuestro pueblo, Hidalgo le llevó preso junto con el sacerdote José María Téllez mismo a quien, según pudimos comprobar (véase el Paso del ejército insurgente en este mismo espacio), liberó unos días después, no así  a don Blas de la Cuesta que fue llevado a Guanajuato.
El asunto en sí se detalla en este oficio:


En términos generales, aunque el oficio se explica por sí mismo, don Blas reclama que su proveedor de Piloncillo, ya fallecido en ese momento, dejó un adeudo en el contrato que sostenían ambos. Por los términos en que finaliza su reclamo, podemos intuir que don Blas no tenía desconfianza del demandado, pero ya muerto éste tuvo prisa en solicitar su adeudo, antes de que otros acreedores terminaran con los bienes que dejó a su muerte. El hecho de que acuda un apoderado en su representación puede obedecer a la distancia y a las ocupaciones de don Blas, Zitácuaro no estaba cerca, ni lo está ahora, de Chamacuero, menos aún para trasladarse a atender un asunto que podría dilatar semanas en resolverse.  Es de llamar la atención que todo el proceso es turnado al Abogado de la Real Audiencia, residente en Tlalpujahua, llamado Ignacio Rayón. El nombre ya es algo singular, que además sea de Tlalpujahua, no deja lugar a dudas que se trataba de don Ignacio López Rayón quien difícilmente imaginaría, en ese entonces, el papel que desempeñaría en la lucha por la independencia.

La siguiente parte es muy ilustrativa de las operaciones ente el demandante y el fallecido.
  

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Esta minuciosidad de montos y fechas habla, o así me parece, de la intención de demostrar la veracidad de su reclamo, pero de pasada nos ilustra sobre la gran cantidad de Piloncillo que se consumía en Chamacuero a principios del Siglo XIX. Imagino que era el endulzante más accesible. Si de un mes a otro se consumían presumiblemente 20 cargas de piloncillo, en un pueblo que tendría 2,000 habitantes, tendremos una idea del consumo per cápita de este producto, antes de imaginarlo hay que aclarar que una "carga" equivale a cuatro fanegas, con lo que sólo nos resta saber a qué equivale una fanega; aunque varía de una región a otra, su equivalente en volumen es de 55 litros. Es decir que en un mes, don Blas de la Cuesta, o sus dependientes vendían algo así como 4,400 "litros" de piloncillo. Sí, ya sé que no se vende por litros, en todo caso por kilos, o muy prácticamente por piezas tradicionalmente cónicas. Digamos entonces unas 8,000 piezas al mes.  No necesariamente las labores de un cronista ponen énfasis en saber cuánto piloncillo se consumía en su pueblo en el siglo XIX, pero, aquí entre nos, el volumen me parece bastante creíble.

Un complemento de estos documentos es el poder en sí, que don Blas otorgó al Sr. Antonio Gutiérrez de Terán, vecino de Zitácuaro. El texto es muy representativo de los documentos de este tipo (Cartas poder) que se manejaban en esa época, incluso es más completo y está más adornado que otros documentos similares y contemporáneos que he leído.  Y si usted, amable lector, nunca ha leído un formato contemporáneo de carta poder, le comento que no difieren mucho, sobre todo en su espíritu de enfatizar que el poder es para todo lo que se presente y el otorgante pueda requerir en su trámite.  Es de llamar la atención que el poder se otorga a una persona y el primer documento de esta serie menciona a otra. Al final, y en un anexo,  el señor Gutiérrez, incluye en el poder al señor Ruiz.



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No tengo información, ignoro, si el señor Blas de la Cuesta fue defraudado, sin intención ni dolo, por el fallecimiento de su proveedor. Según lo que se especula, cuando Hidalgo lo toma prisionero fue conducido, con otros muchos europeos, a la alhóndiga y permaneció como prisionero hasta el 24 de noviembre, fecha infausta en que una turba, presagiando las represalias de Calleja,  decide vengarse, anticipadamente, dando muerte a los cautivos españoles de la alhóndiga (más de doscientas personas)(1) .  Si tal fue el destino del comerciante de Chamacuero, ojalá que la menos, nueve años antes haya recibido sus 1,619 pesos, en metálico, o en 162 cargas de piloncillo que, a querer o no, le habrán endulzado esos últimos años.

(1)Bustamante, Carlos María de, Cuadro histórico de la revolución mexicana, comenzada en 15 de septiembre de 1810 por el ciudadano Miguel Hidalgo y Costilla, Cura del pueblo de los Dolores, en el obispado de Michoacán. Segunda edición corregida y muy aumentada por el mismo autor. Imprenta de Mariano Lara, México,1843. Pág. 100-101.
Reclamo de don Blas de la Cuesta
 

Entre los documentos compilados por el Profesor Plácido Santana, que me fueron generosamente compartidos, uno de ellos narra un suceso que, para nuestra percepción de la época virreinal, pudiera parecer inusual, no tanto porque no sucediera, sino porque no se denunciara. 
Lo transcribo y agrego los comentarios posteriormente. Cabe destacar que los documentos que consultamos muchas veces son el resultado de una correspondencia que, con frecuencia lleva una secuencia, es decir, un documento original es recibido por alguien que, para reenviarlo a un tercero lo copia y forma parte de su contestación, este tercer involucrado en ocasiones reenvía este asunto agregando al documento recibido sus instrucciones y copiando toda la secuencia precedente.
Esta situación en ocasiones origina que el documento no sea del todo claro o que uno, al tratar de entenderlo tanto tiempo después, no pueda determinar con fidelidad donde terminan cada uno de los documentos previos y da inicio el más reciente. (1)

Lo primero que llama mi atención es que se utilice un papel, con Sello de 1704 y 1705, para un documento fechado en 1716. Esto no lo había visto en otros documentos que hemos compartido en este espacio; solamente en una ocasión, se usó papel del año previo y en las notas finales se aclara que no contaban con papel con el sello del año correspondiente.

En el primer párrafo se menciona al Alcalde Mayor de Lerma, y sus compañeros, como autores de los excesos contra los naturales que dan lugar a este documento. Sin embargo, en el resto del texto se habla del "Cura de doctrina y de sus fiscales", no del Alcalde Mayor.  A lo largo de todo el texto parece solicitársele amablemente al responsable, que no cometa ni permita que se cometan los excesos que tienen escandalizados a los naturales, pero conforme uno va leyendo se percata que los abusos son reiterados y que las reconvenciones que se han emitido no han surtido efecto, incluso se menciona que se ha recurrido a los superiores de dicho Cura de Doctrina y ello no ha cambiado su conducta.

Quien relata estos sucesos hace hincapié en el buen trato que el Rey a determinado, mediante la expedición de leyes, para los naturales.  No es poca cosa la acusación de que dicho Cura saliera a rondar por las noches, tratando de averiguar culpas entre los naturales y procediera a azotarlos y cortarles los cabellos. Peor aún, los "Fiscales" que nombró son más jóvenes de lo que en esos tiempos se sugería para dicho cargo, aunque quizás no fuera ese el motivo de que dichos fiscales obraran tan mal, como el cura de Doctrina, al estar alcoholizados y requiriendo bebidas a los propios naturales, además de "coladas". Conjeturo que las "coladas" serían algún alimento para acompañar las bebidas; sin embargo, el hecho de hablar en género femenino "de las que se les resisten y poniéndoles en depósito" así como el hecho de que las naturales  llegaran a salir del Pueblo, nos hace pensar, tristemente, que los abusos sucedían en todos los órdenes.  Por la forma tan delicada de pedir el cese de estos agravios: "…suplico se sirva de mandar se ruegue y encargue al cura Ministro…" pareciera que no se procede con energía, sin embargo en el siguiente párrafo ya se habla en términos concretos del castigo.

En este párrafo se ordena a la justicia del lugar, hacer averiguación, pero ya se impone una multa de quinientos pesos, además de que la citada averiguación será enviada a instancias superiores.  
Quien redactó este último párrafo tenía conocimiento de las leyes de Indias, pues éstas son algo voluminosas y, quien las desconociera, no podría dar con precisión la referencia legal para sancionar estos abusos. Transcribo la ley sexta, título tercero, del libro primero de la Recopilación de Leyes de Los Reinos de Las Indias Mandadas Imprimir y Publicar Por la Majestad Católica del Rey Don Carlos II, Nuestro Señor.   No crea, amable lector que me estoy inventando este nombre, ese es el título del libro donde consulté dicha ley, tampoco el título asevera que las leyes fueron dictadas, en su totalidad, por este Monarca, tan es así que la ley que transcribimos se atribuye a Felipe II y así dice:

LEY VI

D. Felipe II en Madrid a 11 de junio de 1591. Y en Toledo a 4 de septiembre de 1560. D. Felipe III en Madrid a 6 de mayo de 1611. D. Felipe IV a 30 de agosto de 1624.
Que los clérigos y religiosos doctrineros no prendan, ni hagan condenaciones a los indios, ni nombren fiscales y guarden los aranceles.
Nuestros virreyes, gobernadores y justicias no permitan ni consientan a los curas y doctrineros clérigos ni religiosos que tengan cárceles, prisiones, grillos y cepos para prender, ni detener a los indios, ni les quiten el cabello ni azoten, ni impongan condenaciones sino fuere en aquellos casos que tuvieren comisión de los obispos, y en que conforme a derecho y leyes de esta Recopilación la pudieren dar, ni tengan ni pongan discales, porque esto toca a sus obispos, según y en la forma dada por la ley 32, título 7 de este libro, y en los derechos de entierros, matrimonios, bautismos y todo lo demás se conformen con los aranceles. Y rogamos y encargamos a los prelados diocesanos que así lo hagan cumplir y ejecutar. 

Son tan evidentes las violaciones a esta ley, en el caso referido, que pareciera que la ley se expidió a resultas de este acontecimiento. Por supuesto que no es así, pero lo menciono porque una violación tan escandalosa a las leyes nos da un indicio, pero esto es sólo conjetura mía, de que, en materia de los naturales, no era difícil que las voluminosas leyes que los protegían quedaran relegadas a las páginas en que fueron redactadas.  Aun así el oficio que arriba transcribimos sí parece contradecir la idea de que sistemáticamente se recurría al maltrato y este era tolerado por las autoridades de todas las instancias y niveles.  No transcribo la ley que cita la que arriba incluimos sólo su encabezado:
Ley XXXII, título 7 libro primero.

Que los prelados no pongan fiscales, sino fuere en las ciudades donde residieren las catedrales, y no excedan de su jurisdicción.



(1) AGN Ramo Indios, Vol 41, Exp 43 Fs 58v a 59

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Los Pueblos de Indios de Guanajuato
Desde las primeras ocasiones en que, por uno u otro motivo, platiqué con el entrañable doctor Federico Groenewold, él insistió en que era erróneo buscar un documento decretando la fundación de nuestro pueblo, porque se trataba de un Pueblo de Indios, esto dicho sin un asomo de desprecio y sí con un conocimiento de lo que dicho concepto abarca.  A partir de ahí comencé a compilar información de Los Pueblos de Indios, no porque dudara de la propuesta del doctor Groenewold, sino porque era lo más conveniente para entender los orígenes de nuestro pueblo, al menos cuando su contacto con los españoles y la relación que se conjuntó a partir de ese punto.  La bibliografía es muy amplia y debo decir que, mientras más leo sobre ese tema, más le concedo la razón al doctor.

Unos meses después me llegó un mensaje por correo electrónico de una persona que, por sugerencia de la Notaría Parroquial de Comonfort, me invitaba a la presentación de un libro en Salvatierra, el mensaje era de Dorothy Tanck, quien había acudido a Comonfort buscando información sobre la presencia de José Ignacio Basurto, autor del primer libro para niños escrito en América Latina. Aunque no pude asistir a Salvatierra sucedieron dos cosas: investigué sobre la presencia del padre Basurto en Chamacuero y, más acorde con el tema de este artículo, conocí la enorme investigación que Dorothy Tanck ha realizado, y sigue realizando,  sobre el mundo Novohispano. Puede decirse, o al menos lo digo yo,  que el concepto "Pueblos de indios" es el eje en torno al cual gravitan sus investigaciones. 

Ya conocedor de su obra, y dado mi interés por el mismo tema, adquirí: Pueblos de indios y educación en el México colonial, 1750-1821 (1) . Pero desde entonces traté de conseguir una obra cuyo solo título ya nos despierta el deseo de leerla:  Atlas ilustrado de los pueblos de indios. Nueva España, 1800 (2).  Pero en su proveedor primigenio (El Colegio de México) estaba agotada. Claro, tardé un poquito en decidirme a gastar los 1,800 pesos que costaba el libro, mis búsquedas en internet solían remitirme a reseñas sobre este Atlas,  lejanas bibliotecas que lo tenían disponible en sus estantes y  todavía más lejanas Universidades que lo tenían en línea para sus alumnos. 

No estoy diciendo que todos los días lo buscaba, ni que siempre tuviera disponible el importe del libro, pero hace muy poco, en un sitio de ventas por internet, encontré disponible el libro y por sólo 1,400 pesos, envío incluido.  En el breve rato que tardé para decidirme la oferta desapareció, pero como ya lo había decidido busqué el libro en donde fuera, para mi sorpresa lo encontré con el proveedor original (el colegio de México) que volvía a tenerlo en existencias, además en 550 pesos.  Esperando que no fuera a ser un error, y que si lo era alcanzara yo a comprarlo en ese precio, lo adquirí inmediatamente, para mayor regocijo me hicieron un descuento (no sé decir por qué, pero lo agradezco) y el envío resultó casi gratuito.

Luego de compartir este júbilo  (y no sé si los lectores también se regocijen) le comento que, al margen de que es mi intención redactar una serie de artículos sobre este tema, le comparto estas generalidades de los Pueblos de Indios, aunque no me mueve, en absoluto, el deseo de desentrañar la fundación exacta de Chamacuero, mucho menos de encontrar una fecha (la que fuera, como me llegaron a decir) para celebrar dicha fundación.  Me mueve la idea de conocer cómo era, tal vez, el Chamcuero del siglo XVI o XVII y este tal vez se basa en que, si bien la información no es específica sobre nuestro pueblo, tampoco diferirá radicalmente de las características de los Pueblos de Indios en lo general:

Una vez terminada la conquista militar, los conquistadores fundaron, motivados por sus intereses particulares, ciudades y villas de españoles, pero estaban muy  lejos de  pretender fundar pueblos para la población indígena, en su lugar optaron por reconocer los pueblos existentes y, no pocas veces, reorganizar o reacomodar las poblaciones en torno a lugares más poblados.   Esto provocó conflictos grandes y pequeños, refundaciones, reagrupaciones y abandono de pueblos ya determinados como tales (3). 

Asumiendo que San Francisco Chamacuero fue siempre un pueblo de indios ello, no necesariamente, es una razón para determinar que no existe documento alguno donde quedara asentado, al menos, el reconocimiento de este lugar como un Pueblo de Indios, por más habitado y asentado que hubiese estado desde las décadas, o siglos, precedentes.  Sin embargo, estos Pueblos de Indios dilataban mucho en ser determinados legalmente como tales, a diferencia de las ciudades de españoles,  en parte porque ya existían y los pobladores indígenas no tenían una necesidad imperiosa de regularizarse. esta necesidad se dio, más bien, por parte de los conquistadores, por dos motivos: la evangelización y el cobro de tributos (4).

Ya que lo mencioné, por si alguien tuviera dudas de que San Francisco Chamacuero fue un Pueblo de Indios, en el aspecto legal conviene recordar que a las poblaciones prexistentes que eran incorporadas administrativamente al Nuevo Gobierno, solía asignárseles el nombre de algún Santo, o Santa, a su denominación original . Sobran ejemplos de pueblos que actualmente conservan ambos nombres, como San Juan Teotihuacán,  San Cristóbal Ecatepec o el muy cercano San Miguel Octopan. San Francisco Chamcuero no conservó ninguno de los dos. Pero no vamos a encontrar esa combinación de nombres en las ciudades y villas de españoles, incluso cuando fueron fundadas sobre asentamientos indígenas. 

En el aspecto meramente demográfico, baste ver los registros parroquiales, aún los de tiempos tan recientes como principios del siglo XIX, para constatar que el porcentaje de población indígena contra el porcentaje de población española era, con sus respectivas fluctuaciones históricas, mayor al 90%.

Como ya dije, al margen de los muchos artículos que me estoy comprometiendo a incluir en este espacio, le comento que, como es de suponerse, el Atlas de los Pueblos de Indios contiene muchos mapas, nuevos y antiguos.  Para hacer honor al título de este artículo le comento que hay un mapa del estado de Guanajuato, donde se ilustran los diferentes Pueblos de Indios, reconocidos en 1800 aunque, como lo aclara la autora, pueden faltar algunos. 

Este es el bello mapa: los puntos en rojo son Pueblos de Indios, los negros ciudades o Villas de españoles.  Creo que no infrinjo derechos de autores o editores, pues además los mapas de este Atlas están disponibles  en esta dirección (es prácticamente un sitio acerca del Atlas):

http://www2.cmq.edu.mx/pinues/index.php

De ahí tomé esta imagen, pero para elaborar la siguiente lista debí recurrir (no es por presumir) a mi edición empresa  porque  no se alcanzan a ver bien algunos nombres. Luego entonces  los pueblos Indios del Estado de Guanajuato en 1800 son:

San Luis de la Paz
San Juan Bautista Xichú
Santa Catarina Mártir
Santo Tomás Tierrablanca
Guadalupe Cieneguilla
San Francisco Coecillo (Barrio del actual León)
San Miguel (Barrio del actual León)
Concepción del rincón (Purísima de Bustos)
San Francisco del Rincón
San Francisco Pénjamo
Santiago Neutla
San Francisco Chamacuero
San Miguel Ixtla
Santa Cruz (Juventino Rosas)
San Juan de la Vega
San Miguel Octopan
San Juan Bautista Apaseo
San Pedro (Barrio en la actual Salamanca)
San Juan de la Presa (Barrio en la actual Salamanca)
Nativitas (Barrio en la actual Salamanca)
Santa Cruz Valtierrilla
Rosario Pueblo Nuevo
Nuestra Señora La Conquistadora del Guaje  (Villagrán)
San José Amoles (Cortazar)
San Pedro Tenango
San Bartolomé
San Andrés Apaseo el Alto
San Bartolomé Rincón de Tamayo
San Pablo Yuririapúndaro
Asunción Urireo
San Miguel Emenguaro
San Pablo Pejo
San Jerónimo Iramuco
San Mateo Tócuaro
San Francisco Acámbaro
San Pedro Chupícuaro
Jerécuaro
Santiago Coroneo
Santiago Tarandacuao
San Pedro Puruaguita
Santiago Contepec

Y las ciudades y Villas de españoles:

Villa de San Felipe
Villa de León
Ciudad de Guanajuato
Villa de San Miguel el Grande
Ciudad de Celaya
Villa de Salamanca
Ciudad de Salvatierra




Las anotaciones de Barrios de León y Salamanca son mías, por otra parte no sé si es un error el nombre de San Juan Bautista Xichú, las fuentes que he podido consultar lo llaman San Francisco (de los Amúes) de Xichú.

(1) Tanck de Estrada, Dorothy, Pueblos de Indios y Educación En El México Colonial, 1750 - 1821. 1st ed. El Colegio de Mexico, 1999..

(2) Tanck de Estrada, Dorothy, Atlas Ilustrado de los Pueblos de Indios : Nueva España 1800, México : El Colegio de México : El Colegio mexiquense: Fomento cultural Banamex, 2005.


(3) Rojas y Gutiérrez de Gandarilla, Del dicho al hecho… los pueblos de Indios de la Nueva España y la Documentación, V Jornadas Científicas sobre Documentación de Castilla e Indisas en el siglo XVII, Universidad Complutense de Madrid, Madrid 2006

(4) Gerhard, P. (1977). Congregaciones de indios en la Nueva España antes de 1570. Historia Mexicana, 26(3),El Colegio de México,  347-395.
Los Pueblos de Indios de Guanajuato
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El pasado 19 de septiembre de 2022 el historiador Francisco Rojas me invitó a dar una conferencia, sobre el paso del Ejército Insurgente por Chamacuero. Bueno, en realidad me invitó, con mucha anticipación, a dar una conferencia en esa fecha. Sí, porque imagínense ustedes, un servidor llegando de trabajar, ahí sentadillo en mi domicilio y Francisco me llama, con voz autoritaria: "Véngase inmediatamente a dar una conferencia" y yo ¿de qué? "Pues… ya que es 19 de septiembre, hable del paso del Ejército Insurgente". Pues a raíz de esa conferencia encontré algunos datos sobre la familia Taboada; y cuando digo encontré, me refiero a eso, no es que haya descubierto algo que nadie supiera, pero entre la información que compilo para este espacio electrónico no contaba con estos datos.

Como no puedo yo asumir que usted, amable lector, conoce la información sobre la familia Taboada que, en diferentes artículos de este espacio, hemos publicado, el comento de manera sucinta que:
Manuela Taboada nació en Chamacuero en 1786, casó con el insurgente Mariano Abasolo, tuvieron un único hijo en 1806 y, cuando Hidalgo pasó por Chamacuero, le entregó 40,000 pesos. Cuando Hidalgo y sus hombres fueron presos en Chihuahua intercedió por su marido, hasta conseguir que no fuera condenado a muerte. Se embarcó con él hacia el destierro, regresó a México cuando Abasolo murió y vivió en Dolores Hidalgo hasta su muerte.

Manuela tuvo un hermano: Pedro, que se unió al ejército insurgente, fue hecho prisionero en Acatita de Baján y, según algunos, fue fusilado simultáneamente con Ignacio Camargo, según lo que yo he podido investigar es más probable que se le haya dejado en Monclova y recuperado su libertad al cabo de un tiempo

La nueva información que yo, insisto yo, no conocía, es una carta que Manuela Taboada le dirigió a Calleja, pidiéndole un pase para su esposo Abasolo.  Al margen de las otras acepciones de la palabra pase, las más inocentes y las más retorcidas, lo que ella solicitaba era una especie de Salvoconducto para que Abasolo pudiese llegar ante Calleja y solicitar su indulgencia, de no contar con el Pase podía ser hecho prisionero por el Gobierno español y procesado sin que quedara en evidencia su voluntad de entregarse.  Aunque este documento fue compilado, y por tanto paleografiado en el libro del que lo tomé, lo transcribo para facilitar su lectura, con todo lo que de indebido tenga ese procedimiento(1).
 
Información adicional de la Familia Taboada
Hay varias cosas que conviene hacer notar, la primera y muy evidente es que Manuela se dirige a Calleja antes de que los insurgentes sean hechos prisioneros el 21 de marzo de 1811, más de un mes antes, lo que pone en evidencia las buenas intenciones de ella y su marido.

De paso nos dice que radicaban en Dolores (todavía no de Hidalgo) y que pasaban una existencia muy tranquila.  Más importante que lo anterior es la versión de que Abasolo fue llevado, casi contra su voluntad con los insurgentes y que salvó a cuantos españoles pudo de las ejecuciones sumarias dictadas por Hidalgo.  Ambas cosas son ciertas pero lo primero cae en el ámbito de la interpretación íntima del propio Abasolo, es muy difícil saber en qué momentos sentía simpatía por la causas, en cuáles aversión y en cuáles deseaba no haber formado parte de este movimiento.

Pero lo que me sorprendió enormemente es el párrafo final, en el que Manuela ofrece dejar a su hijo como Rehén si obtiene el salvoconducto de Calleja. No me sorprende ni me escandaliza semejante oferta, creo que era una maniobra para enfatizar la seriedad de su ofrecimiento y, seguramente, sabía que si hacer tal ofrecimiento es escandaloso, aceptarlo lo sería aún más, así que contaba con que, difícilmente, Calleja solicitaría a un tierno infante para guardarlo como rehén. Pero lo que me sorprendió fue la mención del que su hijo tiene dos años. Ahí sí, hice un brusco alto en mi lectura para releer. 

Esto contradecía la investigación con que más entusiasmo me he procurado, pues buscaba yo al insigne Pedro Taboada (del que también hablaremos en este artículo) leyendo varios centenares de registros parroquiales, cuando me topé con José Antonio  Rafael Mariano Ignacio Longinos de Jesús  y justifico mi entusiasmo porque al menos cinco personas me había preguntado si sabía yo dónde, pero sobre todo cuándo había nacido este infante, se sabía de la existencia de Rafael Abasolo, como único hijo del matrimonio.  Y las teorías consideraban factible que hubiera nacido cuando los insurgentes se dirigían al norte y la esposa de Abasolo los seguía o acompañaba en tramos, o en los recorridos de Manuela Taboada intentando salvar a su esposo del patíbulo, más lejos aún: en la prisión en que Abasolo estuvo preso en España (Castillo de Santa Catalina de Cádiz).

Pero no, Rafael etc. Abasolo nació en Chamacuero el 14 de marzo de 1806.  Lo que me sorprendió fue que su madre ofreciera en rehén a un infante de dos años, cunado que Rafael tenía  cinco años menos cuatro días en ese momento.  Ello me llevó a dos hipótesis, la primera: que Manuela y Abasolo tuvieron otro hijo, mismo que tenía dos años en ese momento. Para corroborar esto se debiera encontrar la fe de bautismo cuya fecha fuera cercana a febrero de 1809, meses más, meses menos. Confieso que la busqué; confieso que no la encontré. La segunda hipótesis es que, al haber aportado una edad diferente a la edad real de su hijo, dejaba al margen de cualquier tipo de requisición o solicitud,  en el improbable caso que le solicitaran a su hijo, Manuela lo dejaba a salvo de cualquier persecución o maniobra legal al respecto.  Ya estirando mucho las suposiciones, quizás para ese improbable caso, tenía a la mano a algún expósito de esa edad para cumplir con el trámite. Lejos de escandalizarme todo esto me muestra a una mujer sagaz y previsora.

Otro documento, muy posterior es el siguiente, fechado el 30 de enero de 1812, lo conocí mediante un trabajo mecanogarfiado, atribuido a Antonio de P. Moreno: (2).

El mes de septiembre es el de 1811, es decir cuando ya habían sido fusilados todos los jefes insurgentes y cuando Abasolo esperaba para ser desterrado a España. Sin embargo nada más lejos que pensar que el país, excluyendo los territorios donde hacía camapaña José María Morelos, estaban pacificados, había un ir y venir de gente armada, de uno y otro bando, así como una serie de dreunteas venganzas y ejecuciones, también de uno y otro bando. 

El hecho de que Manuela Taboada haya intercedido para salvar a unos inocentes me parece totalmente congruente con la postura que manifestó en las cartas que le dirige a su esposo, desde San Luis Potosí, en febrero de 1811. Ella deploraba las matanzas y actos de exagerada violencia comentidos por los insurgentes.  Que haya salvado a alguien, o a tres o cuatro, aunque haya sido recurriendo a aportar una cantidad de dinero, es loable, sean del bando que fueren los agraciados.

Casi todos los autores que, en un formato o en otro, han hablado de Manuela Taboada, además de mostrarse sorprendidos por su tenacidad y el amor a su esposo, también concluyen que regresó a México y vivió tranquila y confortable en el pueblo de Dolores durante muchos años, al lado de su hijo Rafael y que el gobierno independiente le restituyó parte de sus bienes.

Ya con este impulso investigador supe de la existencia de un documento en el Archivo General de la Nación, fechado en 1823 en el que Manuela Taboada solicita la "Pensión que le corresponda". Probablemente en 1823, la restitución no se había llevado a cabo y, no es descartable, tal vez dicho documento contribuyó a la citada retribución de sus bienes.   Algo que traté de ubicar, sin éxito, fue el documento de defunción de Manuela, en el impulso de esta misma situación conocí el año y ya no fue complicado localizar dicho documento mismo que transcribo:



No sabría explicar bien porque, quizás porque la historia de la amorosa epopeya de Manuela Taboada la he llegado a escribir alguna vez y  platicado varias veces, pero me causa cierto sosiego conocer la fecha que pone punto final a su historia, y saber que sobrevivió casi treinta años a su esposo con la conciencia muy tranquila de haber hecho, por él y por su bienestar, todo lo que estuvo en sus manos realizar, al grado tal que, aún hoy, nos sorprende su amorosa dedicación. 

Debo confesar que en los momentos (y han sido muchos) en que he investigado a Manuela Taboada, no se me había ocurrido indagar en lo referente a su marido, Mariano Abasolo, quizás porque desde la perspectiva que conozco, ella es una mujer destacada, valiente, activa, perseverante y él un hombre apocado y tibio. Sin embargo, y bien lo sabemos, nada es en blanco y negro. Por lo mismo pasé un muy interesante rato leyendo la declaración que Mariano Abasolo rindió ya hecho prisionero, no sólo por conocer un poco más de este personaje, sino porque aportaba información que para mí era novedosa o corroboraba otra de la que no tenía más que referencias difusas.

Transcribo los siguientes párrafos y los comento:(3).

Aquí don Mariano me evita le esfuerzo de buscar a su inexistente hijo de dos años, pues declara tener un hijo de cinco años con su esposa Manuela (el que ya conocíamos).  En este párrafo también corrobora que su madre, su esposa y su hijo, le acompañaron en parte de su periplo con los insurgentes.  Evidentemente en cada párrafo cuando se refieren a "el exponente", están hablando de Mariano Abasolo. Páginas adelante nos dice:
Pudiera parecer extraño que si Abasolo quería separarse del movimiento no lo hiciera más que dando aviso de ello, sino que solicitara tres o cuatro mil pesos que eran un dineral, según las referencias que últimamente encuentro útil, con ello se podrían comprar diez o doce casas en el centro de Chamacuero. No es tan disparatada la propuesta si se toma en consideración el caudal que, a su paso por Chamacuero la familia política de Abasolo aportó al movimiento.
En este fragmento encontramos una mención a Pedro Taboada, y no sólo eso, fue enviado con su primo Ignacio Camargo a pedir ayuda a Hidalgo, que estaba en Guadalajara, esta mención se suma a las tres que hemos localizado y reseñamos en artículos previos de este espacio.
Vuelve a mencionarse a Pedro Taboada y, contrario a Camargo que tuvo muy activa participación en la batalla del Puente de Calderón, Abasolo asegura haber estado presente por obligación.
Dice, entonces Abasolo que se mantenía por su cuenta. También nos habla de don Blas de la Cuesta que fue tomado preso por Hidalgo aquí en Chamacuero, no sólo le despojaron de los bienes que encontraron, lo llevaron preso y fue después muerto en La Alhóndiga cuando el populacho, ante la llegada de Calleja, ejecutó a los españoles que ahí retenían los insurgentes. Esto, de algún modo ya lo conocíamos, Abasolo lo confirma como testigo de primera línea.

Se dice que Abasolo entregó a los insurgentes 40,000 pesos de la testamentaría de su suegro, aquí él habla de 56,000 además de riquezas en especie y nos hace saber que no fue un donativo generoso sino que fue obligado por sus "compañeros" a entregar estas riquezas.  En 1806 ya había fallecido don Antonio Roxas Taboada, uno necesariamente se pregunta si, de haber estado presente, ¿lo habrían llevado prisionero para sufrir el injusto destino de don Blas de la Cuesta?

Recalca sobre el párrafo anterior, aunque este fragmento es de varias páginas adelante. Casi al final también nos dice:
Aunque el párrafo se presta a confusión, parece ser que Abasolo afirma, ponderando el buen concepto hacia los europeos, que don Blas de la Cuesta manejaba el "caudal mortuorio" es decir la herencia de don Antonio Roxas Taboada, afirma, además  que lo hacía con eficacia y legalidad.

Líneas arriba hice mención a las pocas referencias que se tienen de Pedro Taboada, luego de esta lectura hay más referencias y, sobre todo, de que participó en el movimiento insurgente. Alguna vez afirmé que buscar la fe de bautismo de este personaje me permitió encontrar la de Rafael Abasolo, evitándome la búsqueda por un amplísimo espectro de momentos y lugares. Lo irónico es que dicha búsqueda no me permitió localizar la fe del propio Pedro, lo que me hizo suponer que podía haber sido bautizado, o nacido,  en otro pueblo y las posibles poblaciones eran, al menos cuatro o cinco.

Pero ahora alguien más contemporáneo me impidió una búsqueda tan extensa, fue el mismo historiador Francisco Rojas que, luego de la conferencia a la que, reitero, me invitó con mucha anticipación, me dio a conocer la fe de bautismo de Pedro Taboada que se encontraba, como la carta robada de Edgar Alan Poe, en el lugar donde debía encontrarse, en la foja 32 del libro de bautizos de españoles más llevado y traído de todo el archivo parroquial. La transcribo de puro gusto de contar con ella.

Quiero comentar que lo primero que noté, y me regocijó, es que don Federico Groenewold tenía toda la razón cuando supuso, viendo la periodicidad de los hijos conocidos del matrimonio Taboada,  que el año de nacimiento de Pedro era 1788.

Lo segundo, al margen dice que se sacó copia en 1840, ¿A quién si no al propio Pedro Taboada, podía interesarle obtener copia de su fe de bautismo? Esto nos dice que sobrevivió a su participación en la guerra de independencia y que a la edad de cincuenta y dos años necesitó una copia de su fe de bautismo.

No sé, en lo relativo a estos temas,  con qué velocidad algunos datos van siendo localizados y nueva información se incorpora, la invitación que recibí, para dar una conferencia me llevó a revisar la información disponible, encontrándome con todo lo que aquí compilo y mucho más que, quizá sea motivo de otros artículos. Lo cierto es que la próxima vez que el historiador Francisco Rojas me conmine de urgencia, "y sin haberme sacudido el polvo del camino", a dar una conferencia, asistiré gustoso, seguro de que más información habremos de "redescubrir".



(1) Documentos Históricos Mexicanos, Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, México, 1910, Tomo V, pág. 306,307.
(2) Gaceta de México, 30 de enero de 1812, pág. 6.
(3) González Lezama Raúl, Voces Insurgentes, Declaraciones de los Caudillos de la Independencia, Secretaría de Cultura, INHERM, México 2019, pág. 205-248.

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Información adicional de la Familia Taboada
Algo sobre la muerte del Dr. Mora
Oficios en Chamacuero en mayo de 1821
Oficios en Chamacuero en junio de 1821
 

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Ignacios Camargos
Hace algunos años, alrededor del revuelo que produjo el bicentenario del inicio de nuestra independencia, escribí un breve artículo acerca del Mariscal Ignacio Camargo. Dicho artículo sigue, por supuesto, disponible en este espacio.


Para más conocimiento les comparto un par de biografías, una es de Alejandro Villaseñor y Villaseñor(1) ; la otra la tomé de la página del Poder Judicial del Estado de Michoacán:


Como resulta evidente ambas fuentes consideran a Camargo nacido en Celaya.  Muchos años antes del Bicentenario, hacia 1998, o antes, el profesor Plácido Santana localizó la fe de Bautismo de Ignacio Camargo, misma que reproduzco y que nos dibuja a un personaje pariente de Manuela Taboada y no solo eso, los padres de Camargo y los de Manuela se casaron el mismo día y en la misma ceremonia, lo cual se infiere de otros documentos que no vienen al caso.

Pero sabemos, a partir de esta fe de bautismo, que Manuela Taboada, benefactora del Movimiento Insurgente, era prima del Insurgente Ignacio Camargo, como también lo era el insurgente, menos conocido y menos destacado, Pedro Taboada.

Este es dicho documento, localizado por el Prof. Plácido Santana:
Un detalle curioso, la frase tachada dice: "a quien advertí de su parentesco espiritual", esta era una fórmula empleada en todos los registros de bautizo de esa época pero, como el padrino era también sacerdote, resultaba innecesario advertirle de dicho parentesco espiritual adquirido.

Si se le dificulta leerlo le paso mi "transcripción" de este texto.
Considerando el origen celayense que las anteriores biografías otorgan a Camargo, en su momento le pregunté al respecto al entonces Cronista municipal de esa ciudad: el profesor Herminio Martínez, me dijo textualmente:
No lo cito de memoria me contestó en un correo electrónico y, por supuesto, le envié una imagen de la fe de bautismo de Camargo.

No tendría sentido, ni me interesa, debatir cualquier imprecisión menor que hubiera en la información anterior, pero sí puedo afirmar que, efectivamente, José Leonardo Ignacio Camargo tuvo un hermano llamado Carlos Antonio, nacido en 1781.

Y además de todo lo que expuso, tiene razón el maestro Herminio al decir que no hay acta de nacimiento. Con los medios a mi alcance he buscado en los registros parroquiales de Celaya, sin encontrar a ningún Ignacio Camargo en 1782,1783, unos años antes, unos años después y también en 1772, porque algunas fuentes electrónicas manejan su nacimiento en ese año. Aclaro, yo no lo he encontrado, esto en modo alguno asegura que dicho documento no exista.

Ahora bien, la gran cuestión, y es la que da sentido a este artículo, es la siguiente: Al margen de todo lo expuesto, José Ignacio Leonardo Camargo e Iriarte, nacido en Chamacuero el 17 de marzo de 1783, primo de Manuela Taboada, ¿es el insurgente muerto en Chihuahua el 10 de mayo de 1811?

¿Qué motivos puedo tener para dudarlo?

El primero de ellos lo encontré en la monografía del Prof. Abel Gómez (primera del municipio, por cierto) donde nos dice que en 1826 Ignacio Camargo fue designado como alcalde de Chamacuero, cuando se desempeñaba como regidor.

Claro que pudo ser un homónimo que vivía aquí en 1826 y quién sabe de dónde vino.

En un documento del archivo histórico de Comonfort, de enero de 1821, que ya hemos compartido en este espacio, aparece mencionado y en su rúbrica un Ignacio Camargo, que puede ser el mismo de 1826.

Esta es su rúbrica

En los archivos parroquiales de San Francisco Chamacuero aparece, en 1806, el siguiente registro:
Artículo sobre Ignacio Camargo
Aquí no se le consigna solo como Ignacio Camargo sino como José Ignacio Camargo. Pero podemos pensar que el insurgente Camargo bien podía ser padrino de quien quisiera, cuatro años antes del inicio de nuestra independencia; sin embargo, años más tarde, en los libros de matrimonios, José Ignacio Camargo vuelve a aparecer como Padrino lo mismo que su esposa Ma. Josefa Camarena y aquí, con toda contundencia, puedo afirmar que es el mismo Camargo del registro anterior, pero no puedo decir que es el que fue alcalde años más tarde y , menos aún, el insurgente que murió en Chihuahua, dado que este registro data de septiembre de 1811, cuatro meses después del fusilamiento del insurgente:
Finalmente, un Ignacio Camargo falleció en Comonfort en 1827:
No sé qué circusntancia les llevó a omitir el nombre de la conyugue del difunto Camargo, conjeturando imagino que es el mismo y dejó libre a doña Josefa Camarena, pero sigo sin entender la omisión.

Al momento, concluyo que un Ignacio Camargo (o varios) vivieron en Chamacuero mucho más allá de la fecha en que el insurgente había muerto.

Pero para saber si la fe de Bautismo de 1783, pertenece al insurgente o a un homónimo, existen dos caminos, uno: que conozcamos el nombre completo del insurgente, solo se me ocurre que debe existir su declaración de cuando fue juzgado en Chihuahua y debe tener más datos sobre su origen y parentescos.

El segundo método es que encuentre yo la información matrimonial, o el registro correspondiente, del matrimonio de José Ignacio Camargo con Josefa Camarena. Este registro parece no estar en Chamacuero y ello me hace suponer que pudo casarse en otro municipio. Pero, esté en la ciudad que esté,  ahí tal vez venga su nombre completo y, si coincide con los datos de la fe de bautismo de 1783, ya sabríamos que nuestro Ignacio Camargo no fue un mártir de la Independencia de México, pero sí fue padrino de bautismo, de bodas, alcalde y vivió en su pueblo hasta los 44 años.

No es que quiera ser irónico, es que de tanto encontrármelo en los archivos ya le tomé cierto aprecio; ya le agarré cariño.


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Ignacios Camargos
 

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El célebre mapa del siglo XVI
Existe un célebre mapa -célebre para quienes nos interesamos por la historia de Chamacuero y de la región circundante- que se encuentra archivado en la Ciudad de Madrid, concretamente en la Real Academia de Historia.  Evidentemente es la imagen que encabeza este artículo y está disponible, en línea y en un archivo de bastante resolución, a través de la página de dicha institución. El mapa, confeccionado en cuatro partes unidas, mide ochenta y tres cm de ancho por sesenta y uno de altura, esta dimensión facilitó la inclusión de la gran cantidad de detalles que presenta.

Al margen de su importancia histórica y del conocimiento geográfico y demográfico histórico, el colorido del mapa y la buena hechura de sus ilustraciones lo hacen visualmente atractivo. Digamos que es un mapa hermoso, a quien tenga un gran aprecio por la información que alberga, le tentará imprimir una reproducción en su tamaño original, enmarcarla y colgarla en el muro que mayores honores ostente en su oficina, o en su casa.

Como es de imaginarse, los especialistas han realizado análisis muy minuciosos sobre las características físicas del mapa: el tipo de papel con que está confeccionado, la forma en que está unido, de la información que presenta en su otra cara, las técnicas pictóricas, etc. También de la historia de su hechura y su periplo hasta su actual ubicación.  Aun Siendo esta materia tan interesante, nosotros nos concretaremos a lo más evidente, no por ello menos interesante: lo que el mapa ilustra en sí.

El mapa muestra una región del estado de Guanajuato que tendría como límites contemporáneos:  Al sur nuestra población de Chamacuero (Comonfort), al norte la ciudad de San Felipe, al Oriente la ciudad de San Miguel y al occidente la ciudad de Guanajuato.  En realidad, hacia los cuatro rumbos el mapa se extiende un poco más, pero al citar estas referencias pretendemos dar una idea general de la zona que abarca.

Si resaltamos en el mapa las ciudades más reconocibles hoy en día, podemos compararlo con una imagen similar de un mapa moderno.   Pese a que las distancias y las ubicaciones de estos puntos no son precisas, creo que lo plasmado es bastante precisa o, al menos, no presenta contradicciones evidentes, pese a los recursos disponibles en la época.
Si observamos, en un mapa actual, la ubicación de las Ciudades de San Felipe, San Miguel de Allende y Chamacuero (Comonfort) y la comparamos con su ubicación en el célebre mapa,  donde coloqué esos groseros puntos rojos y los mismos textos con los nombres contemporáneos, veremos que San Felipe se localiza a cierta distancia sobre la margen izquierda del Río Laja, San Miguel Allende, a cierta distancia sobre la margen izquierda y Chamacuero en la margen izquierda, pero ese sí pegadito. La indicación de la ciudad de Dolores Hidalgo es sólo para referencia, en el mapa antiguo sólo hay una leyenda que indica: Todas las casas que están ribera de este Río son para estancias de vacas y algunas labranzas.
Primeramente, la población se indica con su nombre: San Francisco Chamacuero y una imagen donde parece ilustrarse un templo. El nombre: San Francisco, añadido, a la denominación indígena original: Chamacuero. Esto, aunque parece obvio y ya sabido, nos indica que para 1579 ya se denominaba con ese nombre "completo" nuestra población. La imagen que acompaña el texto da a pensar en un templo, indicando la presencia de los frailes, pues no necesariamente se quiere indicar que estaba construida una edificación. Haciendo uso del significado correcto, la imagen nos habla más de una iglesia que de un templo:
En la imagen que está río arriba se indican algunas casas, que representan núcleos incipientes de población o estancias, entendiendo estas como lugares donde se privilegiaba la actividad productiva (ganadería o agricultura en este caso) por encima de los espacios habitables que, de cualquier forma, eran indispensables.  Esto cobra mucho sentido si recordamos que el poblamiento europeo de nuestro municipio comenzó a darse a partir del otorgamiento de "Mercedes de tierras" para estancias de ganado y cultivos, primeramente hacia las zonas ribereñas, aguas arriba de "San Francisco Chamacuero".

En este segmento se ilustran dos caminos, como todos en el mapa, en color rojo, el del lado derecho dice "Camino de San Miguel a Chamacuero y Apaseo".  Llama la atención que no se mencione Celaya, que ya desde aquellos tiempos era una ciudad más grande y aparentemente más cercana.  Si observamos un mapa contemporáneo podemos observar que, en sentido estricto si se quiere ir a la ciudad de México desde Chamacuero, tiene más lógica dirigirse a Apaseo y de ahí a Querétaro, etc. que ir a Celaya. Ahora bien, la prueba de que existía un camino "directo" de Chamacuero a Apaseo nos la da este, precisamente este mapa.

La segunda leyenda, la del lado izquierda dice: Camino de San Miguel a Sala____ y Mechoacán.  La palabra Sala está interrumpida por el trazo del río, evidentemente las crecientes se llevaron las letras, pero me atrevo a decir que decía Salamanca, entre otras cosas porque desde Neutla se puede pasar a Juventino Rosas y de ahí a Salamanca, ruta más probable, también, para seguir a Morelia, pero… en ese entonces toda, o casi toda la región que aparece en el mapa era parte de Michoacán y así fue hasta varios siglos después. O, ¿querrían decir que por ese camino se llegaba a los lugares más michoacanos de Michoacán?

Como comentario aparte, aunque "oficialmente" Salamanca se fundó hasta 1603, bien pudo conocerse con ese nombre años antes de su fundación formal.
La siguiente imagen ilustra muy bien una característica particular de este documento, acorde a las circunstancias al momento de su elaboración, porque es de notar que a lo largo de todo el territorio que el mapa abarca, los indios que aparecen siempre están armados, del mismo modo en que al menos ocho imágenes dan testimonio de suceso violentos, personas o animales sangrando o asaetados e indios pendiendo de una horca. Todo lo anterior, como se intuye, refleja los duros pasajes del conflicto conocido como "La guerra chichimeca", que tuvo esta zona y las aledañas como teatro de operaciones y que, en términos generales abarcó el nada breve período de la segunda mitad del siglo XVI.  Vale la pena documentarse y conocer sobre este suceso, en parte porque existe la idea, muy difundida de que una vez tomada Tenochtitlán todo fue un poblamiento pacífico, en todo el territorio nacional.

En el caso particular de nuestro municipio dichas imágenes están agrupadas en las cercanías de un sitio al que llaman Puerto de Chamacuero.  No existe un lugar, hoy en día, al que se ubique como tal. Un Puerto de montaña es, en términos generales, un paso entre las serranías.  Cuando uno va de Chamacuero a San Miguel, con la carretera anterior o la actual, se percibe, cada vez con más intensidad que el terreno se eleva y se vuelve abrupto, hasta llegar a un punto en que lo mismo se da en sentido inverso, es decir, se desciende y el terreno es más regular. Bien puede ser que el punto del camino en que esto sucedía se considerara un puerto de montaña en aquellos tiempos. 

Adicional a mi hipótesis anterior, fue en esos lugares donde se afirma que fueron sacrificados los misioneros fray Francisco Doncel y fray Pedro de Burgos, en el año 1561.Las dos cabezas tonsuradas y sangrantes, pintadas junto al camino son una muy evidente alusión a ambos clérigos.

Los indios al lado derecho del camino pueden interpretarse como los grupos perpetradores del crimen o ser indicación de la peligrosidad de este rumbo. Más en específico el indio colgado de una horca hará alusión a las represalias que tomaron los españoles por este suceso o, de las acciones que, en la citada guerra, realizaba el bando de los españoles.

En el lado opuesto del río, hacia el poniente se ilustra la existencia de equinos y bovinos, aunque no es una región en donde estuviesen las primeras estancias de ganado de que se tiene noticia.


Como dijimos, aparte de su belleza, es mucha la información que este mapa aporta, si algún día se localiza el texto que lo acompañaba la información será todavía más rica, entretanto.si decide usted analizar en detalle la totalidad de este documento, podrá revisar la orientación de los caminos mencionados, la flora y la fauna, aunque no es un mapa de propósitos lúdicos le comento que en alguna parte hay liebres, linces, lobos y coyotes, como probable pista, todos los animales salvajes se ilustran con notorias garras en sus extremidades.
Este documento, como ya dijimos es atractivo visualmente, aunque no haya sido esa su intención y la gran cantidad de indios, jinetes, soldados, labradores, ganado vacuno, vegetación y fauna pretendieron ilustrar las características físicas, demográficas, de flora y de fauna de esta región.  Por lo miso cabe mencionar que este tipo de documentos se les conoce como Relaciones Geográficas y solían estar acompañados con un texto que complementaba la información gráfica del mapa. 

El texto correspondiente a este documento gráfico en particular está perdido desde hace varios siglos.  Se considera, y para hacer conjeturas es de gran utilidad, que el mapa se elaboró entre 1579 y 1580

Estudiar los detalles de este mapa, sus poblaciones, arroyos, ríos caminos o indicaciones, es fascinante, o al menos lo es para mí y para los dedicados estudiosos que han analizado este documento con sorprendente minuciosidad. Sin embargo, en esta ocasión nos centramos en los entornos de nuestra población.


Fuentes consultadas:

Códices y cultura indígena en México: Homenaje a Alfonso Lacadena García-Gallo (1a ed). (2018). BRF Servicios Editoriales.
Puig Carrasco, Alberto, Análisis codicológico del Mapa de la Relación Geográfica de San Miguel y San Felipe de los Chichimecas

Laura Elena Sotelo-Santosa, Mario Gozález-Espinosa,  Paisajes de Guanajuato según un códice cartográfico del siglo XVI,Universidad Nacional Autónoma de México, 2023

Torquemada, Fray Juan de, Monarquía Indiana, Selección, introducción y notas de Miguel León-Portilla, México, Universidad Nacional Autónoma de México (Biblioteca del Estudiante Universitario; 84) / Coordinación de Humanidades (UNAM),1964


El célebre mapa del siglo XVI